Magia, ilusión y sonrisas humanizan la asistencia sanitaria en la Fundación Jiménez Díaz

La Jiménez Díaz incluye la magia como 'terapia' para sus niños ingresados
El mago Dlin en una de sus intervenciones.


28 feb. 2018 13:40H
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POR REDACCIÓN
Muchos son los estudios y experiencias que demuestran que la actitud puede, no curar, pero sí influir en la recuperación de una enfermedad o problema de salud. Por ello, desde el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz han avanzado en su Plan de Humanización de la asistencia sanitaria y aplica desde hace unas semanas una nueva “medicina” a los niños ingresados en sus instalaciones: magia, ilusión y sonrisas.

Para ayudar a sobrellevar estas situaciones, tanto a pacientes menores como a sus familiares, y de paso contribuir a su mejor y más rápida recuperación, el Hospital Universitario Fundación Jiménez se apoya en la magia semanalmente siempre en coordinación con el personal sanitario y las familias de los pequeños.

El encargado de 'dispensar' esta mágica solución es el mago Ángel Dlin que visita a todos los niños hospitalizados. En el caso de que la situación médica de los menores no lo permita o recomiende, el ilusionista les realiza sesiones de magia individualizadas en sus respectivas habitaciones.

El mago Ángel Dlin es quien visita semanalmente a los niños hospitalizados



Una iniciativa que “ayuda a los niños y a sus familiares a aliviar la tensión que generan estos ingresos, animándolos y tranquilizándolos respecto a sus enfermedades. "Nos permite, incluso, disminuir la medicación para el dolor o el alivio de otras molestias”, explica José Fernández-Cantalejo, del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz. Y es que, afirma, “este tipo de acciones colaboran a humanizar los centros hospitalarios, y son aún más necesarias en el caso de los ingresos pediátricos”.

"En estas situaciones -continúa el pediatra-, es importante, ante todo, que los padres expliquen al niño la razón de que tenga que pasar un tiempo en el hospital, con un lenguaje apropiado y comprensible a cada edad, y con actitud serena, calmada y tranquila, intentando transmitir esas mismas sensaciones al pequeño".

“Desde que hacen magia los niños están más entretenidos y contentos, dibujan lo que ven, y así lo viven de forma menos dramática, y eso les ayuda tanto a ellos como a los padres, que notan que los niños están más contentos y relajados”, dice Fernández-Cantalejo.

Para pequeños y mayores

En este sentido, los padres también lo tienen claro. “La magia alegra mucho a los chavales y eso es super positivo”, asegura José Francisco, padre de una menor hospitalizada, cuya madre, Irene, coincide en esta percepción: “La magia tiene muchos beneficios en los niños y en los familiares, hace que te olvides por un momento de la situación que estás pasando”, apunta.

La iniciativa, como concluye Mónica Delgado, supervisora de Pediatría del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, surgió a raíz de la obra teatral con magia que cada navidad hacen en el centro, tras la cual se planteó incorporar a la hospitalización esta estrategia que completa con risa el tratamiento médico de los más pequeños de la casa para contribuir a mejorar su salud y, cuando menos, hacer más llevadera su estancia hospitalaria.
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