Según advierten los pediatras en un artículo de JAMA

La opinión de los pediatras que te hará descartar los 'wearables' en bebés
Este bebé viste un 'body' provisto de sensores que envían señales al móvil con datos sobre su salud.


8 feb. 2017 11:30H
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POR REDACCIÓN
El internet de las cosas o capacidad para conectar a la red toda clase de dispositivos ha prosperado en la industria de la atención del niño: desde pañales inteligentes que envían al móvil datos de la bioquímica de la orina hasta pantallas que miden la frecuencia cardiaca, la saturación de oxígeno o la temperatura del bebé en todo momento.

Los padres, asustados por vigilar su salud a cada paso, caen en la trampa de adquirir esos sofisticados métodos de control para disminuir riesgos como el de la muerte súbita, el principal de sus temores.

Pero los pediatras no se dejan engañar por las compañías interesadas en fabricar tales monitores y aplicaciones para móviles, por mucho que midan las constantes vitales de los bebés de manera permanente y avisen con una alarma en caso de detectar cualquier alteración.

Un artículo publicado en JAMA (revista de la Asociación Médica Americana) por médicos del Hospital de Niños de Filadelfia, deshace los argumentos que esgrimen los fabricantes de tales dispositivos: al menos en los niños sanos, no merece la pena monitorizar sus variables fisiológicas en busca del más mínimo cambio.

Hacerlo angustia a los padres y rara vez sirve para alertar de una verdadera demanda de atención médica urgente. Incluso se explica que, con frecuencia, se detectan valores bajos de oxigenación en el niño relativamente normales.

O al menos eso se deduce de las conclusiones del artículo, en las que se recomienda limitar esa atención del niño tan minuciosa a los ingresos hospitalarios, por ejemplo en el caso de los prematuros.

Sin evidencias de que el ‘hipercontrol’ salve vidas

“No hay evidencia alguna de que el uso de los monitores de medidas fisiológicas pediátricas salven vidas, y sí, en cambio, de que su uso por los padres resulta más bien perjudicial”, explican los autores del trabajo.

Además, el paper deja claro que “no existen indicaciones médicas para monitorizar el estado fisiológico de los niños en su propia casa” por mucho que los fabricantes de los dispositivos lo vendan como previsores de la muerte súbita como reclamo (así lo hace, por ejemplo, la marca Owlet, que citan los médicos en el artículo).

Entre éstos destaca la neonatóloga Elisabeth Foglia y sus colegas Christopher Bonafide y David Jaminson, quienes proponen a los padres que temen la muerte súbita de su bebé que lleven a cabo medidas mucho más económicas y que, además, han demostrado su utilidad. Por ejemplo, algo tan simple como colocar al bebé bocarriba al dormir.
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