La formación de pacientes competentes se ha incluido en los contratos por objetivos de los directivos del Sergas

El paciente experto deja paso al paciente competente
De izquierda a derecha: María Victoria Hierro, Susana Feans, Luciano Santiago y Beatriz Pais.


5 may. 2017 13:20H
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POR MARCOS DOMÍNGUEZ
El paciente experto forma parte del pasado. Esta figura nació en la Universidad de Standford en un contexto de recortes en el sistema de salud norteamericano y gracias a unos pacientes dispuestos a que esto no fuera un problema para el manejo de su enfermedad. La metodología Standford ha sido tomada como referencia de partida pero ampliamente superada en lo que los profesionales del Sergas vieron serias limitaciones.

Beatriz Pais explica qué es el paciente experto.

Beatriz Pais, hasta este mismo lunes subdirectora general de Atención al Ciudadano y Calidad del Servicio Galego de Saúde y responsable de la Escuela de Salud para Pacientes, ha destacado, en el marco del V Congreso Nacional Semergen de Pacientes Crónicos, que no les convencía que desde Standford se obviara la figura del profesional sanitario. Por ello, prefiere llamar a la persona que sale de los cursos de formación de la Consejería “paciente competente”.

El programa de paciente competente en diabetes se puso en marcha hace menos de un lustro, “liderado por Enfermería”, ya que son “las profesionales que mejor conocen el manejo de la enfermedad”. Enfermeras y pacientes intercambian experiencias, promueven cambios de hábitos que mejoren su calidad de vida y la convivencia con la enfermedad. “Algunos pacientes que han pasado por el curso me han reconocido que les cambió su vida”.

El éxito de estos cursos ha sido tal que han sido introducidos en los contratos por objetivos de gestión de todos los gerentes de hospitales del Sergas tanto en 2016 como en 2017. “Son lo suficientemente importantes para introducirlos en estos contratos y que los gerentes se comprometan“.

La motivación, elemento esencial

Pais destaca un elemento muy importante en la figura de este paciente activo, y es que el empoderamiento no es solamente informativo sino emocional, la motivación: “tiene que saber que puede manejar su enfermedad, ser un paciente formado, informado y emocionalmente capaz”.

La motivación es clave para “levantar y dinamizar” a otros pacientes y participar en la toma de decisiones compartida e informada con el profesional sanitario, algo crucial para cumplir el tratamiento ya que “un 33 por ciento de los pacientes que salen de la consulta hacen caso omiso de las recomendaciones del médico”.

Un paciente que conoce e identifica los síntomas de la enfermedad y puede responder ante las mismas, “pierde el miedo a tomar decisiones, sabe qué herramientas son ideales para mejorar el impacto de la enfermedad sobre lo físico, lo emocional y lo social”, concluye Pais sobre esta figura cada vez más presente 
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