La portavoz de las afectadas de este anticonceptivo valora la decisión de la farmacéutica de dejar de venderlo

"Con la retirada de Essure, Bayer evita reconocer la realidad"
Angélica del Valle, portavoz de las afectadas por Essure en España.


22 sept. 2017 9:05H
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Para las afectadas de Essure, el anticonceptivo de Bayer, “no es ético” que la compañía obvie las consecuencias negativas que este producto ha cosechado, así como las denuncias que ha acumulado por parte de miles de mujeres. “Hemos sufrido las consecuencias de sus actos pero ahora obvian esto y aluden a razones comerciales. Nos parece que se protegen y evitan reconocer la realidad”.

La que habla es Angélica del Valle, portavoz de las afectadas en España, tras conocer que esta misma semana, la farmacéutica alemana ha anunciado que deja de comercializar y distribuir uno de sus productos estrella: Essure, un sistema anticonceptivo permanente que se ancla en las trompas de Falopio y que, tras varios meses, provoca su oclusión. A pesar de que se implanta de forma ambulatoria en la consulta médica y no genera ningún tipo de anestesia, este dispositivo ha provocado agravios a mujeres por todo el mundo, tal y como constan en sus denuncias.

Detrás de los motivos estrictamente comerciales que alega Bayer (las únicas razones que ha esgrimido la compañía), “están los problemas de salud que sufren las miles de pacientes”, explica Del Valle. “No se han hecho los controles necesarios, ni se ha hecho un seguimiento de las mujeres que tenían síntomas, ni se ha relacionado, en ningún momento, sus problemas con Essure”, denuncia la portavoz.

No obstante, y motivos aparte, las afectadas valoran “muy positivamente” la decisión de la farmacéutica de retirar este polémico producto, “ya que somos muchas las mujeres que hemos sufrido o seguimos sufriendo sus efectos adversos. Nos tranquiliza saber que ahora en adelante en España, y en toda Europa, no habrá ninguna mujer a la que se los implanten”.

Desprotegidas por España

A pesar de que, en un primer momento, tanto la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), las afectadas se han sentido desprotegidas en su lucha contra la farmacéutica alemana. “El protocolo que elaboró la sociedad para retirar los dispositivos no sirve para todas las mujeres, ni todos los médicos lo llevan a cabo”.

Sin embargo, la afectada guarda la esperanza que, en el futuro, todas las mujeres que presenten efectos adversos sean atendidas en consecuencia, “sin sufrir indiferencia hacia sus síntomas, con la realización de las pruebas necesarias previas a la cirugía y con una retirada segura de los dispositivos”.
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