Mariano Provencio, presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón.
Avanzar en el terreno
diagnóstico adquiere una importancia capital cuando se trata de afrontar la mayor causa de mortalidad entre los pacientes oncológicos. Solo en 2025, se espera identificar 34.506 nuevos casos de
cáncer de pulmón, un tipo de tumor con alta letalidad y pocas alternativas de tratamiento. Por tanto, una de las prioridaes de investigadores y profesionales sanitarios es llegar a tiempo gracias a un sistema eficaz de detección precoz. En este sentido, los avances cosechados en técnicas como el
ADN tumoral circulante (ctDNA) suponen un salto cualitativo en este campo.
Esta aproximación "permite identificar qué pacientes tienen mayor riesgo de recaída tras la cirugía y facilita un seguimiento más ajustado", detalla Mariano Provencio como presidente del
Grupo Español de Cáncer de Pulmón (Gecp). Si bien, todavía falta recorrido antes de su implantación rutinaria, los resultados son "muy prometedores", afirma este experto.
Es más. Aspectos como el
ctDNA en sangre se perfilan "como piezas clave" en el
"futuro inmediato" del cáncer de pulmón, afirma, sin olvidar "papel emergente de la
Inteligencia Artificial". De hecho, en este campo concreto de la
Oncología ya se han comenzado a ver "posibles aplicaciones y utilidades de estos modelos predictivos en la
práctica clínica real", explica Provencio, convencido de que "la integración y el análisis de datos" serán sin duda un aspecto capital "en el manejo del cáncer de pulmón".
Terapias con anticuerpos
De hecho, el Grupo aprovechaba la Conferencia Mundial de Cáncer de Pulmón (WCLC25), celebrada en Barcelona" para reforzar el valor de estas dos vías en el tratamiento de este tipo de tumores, a menudo silenciosos y con un diagnóstico tardío. En este sentido, ensayos como Flaura2, arrojan algo de esperanza a
pacientes con enfermedad avanzada. En concreto, esta investigación demuestra una
mejora de la supervivencia "en pacientes EGFR mutados" tras combinar osimertinib con quimioterapia.
En el terreno de la innovación, las "nuevas moléculas dirigidas a subtipos concretos de tumor" acaparaban gran parte de las miradas, junto con las nuevas perspectivas de los ADC’s, esto es, terapias que combinan la especificidad de un
anticuerpo dirigido con la potencia de un agente citotóxico, que actúa directamente sobre la célula tumoral", expone Provencio. La irrupción de este tipo de terapias, ensalza, no solo amplían las opciones terapéuticas disponibles de los oncólogos, sino que permitirían, así mismo, avanzar hacia "un
abordaje cada vez más personalizado del cáncer de pulmón".
Reducción del riesgo de recaída
Sin salir del ámbito terapéutico, el experto señala como claves los datos de los
ensayos Nadim y CheckMate-816, a la hora de consolidar la utilidad de la
quimio-inmunoterapia en fases tempranas, "aportando beneficios duraderos en supervivencia". Después de diversos estudios relacionados, el Grupo español ponía en marcha el ensayo
Nadim Adjuvant, en el que se confirmaba que añadir inmunoterapia a la quimioterapia tras la cirugía
reduce casi a la mitad el riesgo de recaída en pacientes en fases iniciales. "Es un dato muy relevante porque aporta la primera evidencia sólida en un ensayo fase III en este contexto y puede suponer un cambio en la práctica clínica habitual", insiste Provencio.
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