María José Sánchez Pérez, directiva de la Escuela Andaluza de Salud Pública.
El
cáncer ha dejado de ser un diagnóstico reservado para la cúspide de la pirámide poblacional. Cada vez se diagnostica antes y con mayor frecuencia. Al menos así lo demuestran los datos recopilados por el
Registro de Cáncer de Granada, dedicado, durante 40 años, a conocer el riesgo oncológico real de esta provincia. Ahora el reto de la
Escuela Andaluza de Salud Pública está en averiguar si este
aumento de casos en adultos jóvenes resulta una tendencia a nivel nacional y, aún más importante: las causas subyacentes detrás de esta curva ascendente.
Para ello, la entidad andaluza ha unido fuerzas con el
Registro de Cáncer de Tarragona en la elaboración de un estudio a mayor escala con el que, mediante un ejercicio de arqueología de datos, se pretende discernir la incidencia de cáncer en las
personas de entre 20 y 49 años en el Sistema Nacional de Salud. "En Granada ha habido un aumento importante de la incidencia en estos grupos de edad -más que en otros- , lo que supone una preocupación desde el punto de vista de Salud Pública", explicaba, como impulsora de esta iniciativa María José Sánchez Pérez.
A la vista de esta información, la directora del Registro de Cáncer de Granada hace sus conjeturas acerca de las causas que explicarían este nuevo escenario, "muy relacionadas con lo que conocemos como el exposoma", esto es, el conjunto de exposiciones ambientales y
factores de estilo de vida a los que una persona está expuesta a lo largo de su vida.
La investigadora se refiere, en concreto, al aumento en el consumo tanto de
alimentos ultraprocesados como de carnes rojas y carnes procesadas, tal y como señalan diversos ensayos en los que figura como parte activa. Incluye, de igual modo, en la ecuación los cambios en la
microbiota intestinal o la mayor exposición a contaminantes ambientales. "Un montón de hipótesis" que espera poder descartar o refrendar una vez se conozcan los resultados de este estudio, el primero de base poblacional en Europa, "a finales de este año".
Nutrición y cáncer
En cualquier caso, la investigación parte de la evidencia establecida por el estudio prospectivo europeo sobre cáncer y nutrición (EPIC) realizado en 10 países, que ya en 2004, hablaba de cómo prevenir hasta un
40 por ciento de casos oncológicos gracias a un estilo de vida saludable que
desterrara el alcohol y el tabaco e incluyese el ejercicio físico y "buenos hábitos dietéticos vinculados a la dieta mediterránea", como por ejemplo el consumo de
frutas y verduras, capaz de inferir "protección frente a casi cualquier tipo de cáncer".
En estos momentos, el Grupo de investigación liderado por Sánchez Pérez de forma transversal tanto en la Escuela Andaluza como en el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.Granada) y en el CIBER de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp), ya cuenta con los datos suficientes como para empezar a trabajar en posibles patrones, gracias a la información facilitada por la
Red Española de Registros de Cáncer (Redecan) en la que estaría representada "el 30 por ciento de la población española".
La idea, ahora, es cruzarlos "y ver si realmente en España -con 300.000 diagnósticos anuales- está pasando lo mismo que en
Estados Unidos, en Australia, en Canadá y en otros países del mundo", donde también se ha constatado un cambio en la dinámica de esta enfermedad que, hasta ahora, "aumentaba a medida que incrementaba la edad".
El siguiente paso, una vez recibido el visto bueno por parte del Comité de Ética será "crear una
cohorte de pacientes jóvenes con cáncer" en colaboración con el Hospital Universitario Virgen de las Nieves.
Proyecto a nivel europeo
Los deseos de esta especialista en Microbiología y Parasitología Clínica y su grupo van más allá, en tanto en cuanto visualizan un
posible estudio multicéntrico en el futuro y "quizás un
proyecto a nivel europeo", gracias a la "convocatoria que acaban de abrir justo para esta diana de población, es decir, para personas menores de 50 años".
El
cruce de datos entre instituciones, ya no solo internacionales sino también dentro del propio territorio, continúa siendo uno de los principales hándicaps de este tipo de iniciativas, lamenta, sin embargo, la profesional. "Incluso cuando la base de datos está pseudonimizada, es decir, cuando no hay datos de identificación personal suele costar trabajo".
Para la profesional, "cada vez es más importante que esto se regule", de manera que los datos generados en el ámbito sanitario y en el ámbito clínico "se puedan utilizar para evaluación de resultados en salud" y estos, se vean optimizados con la mejora de las fuentes de información y el cruce de bases de datos clínicas con otras de tipo "
ambiental, genético o molecular", como las que manejan en los Servicios de Anatomía Patológica.
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