Luego viene una mujer, me tira el carnet de médica colegiada en el mostrador y me dice que quiere Diazepam.
— María (@marrr_9) September 15, 2019
Le digo que necesito una receta.
Me dice que le de un papel y me la hace.
Le digo que no. Que una receta de verdad, oficial, con su identificación de centro sanitario,
con su sello, con su firma, con los datos del prescriptor, los del paciente, la dosis, la pauta posológica, la duración del tratamiento... con todo.
— María (@marrr_9) September 15, 2019
Entramos mi compañero y yo en una discusión con ella porque dice que enseñando el carnet le tenemos que dar lo que pida.
Dice que somos lo peor por hacerla subir a casa a por las recetas. Nos amenaza profesionalmente por ello.
— María (@marrr_9) September 15, 2019
Baja con 3 recetas de la seguridad social, para que todos paguemos lo que se autoprescribe.
Ahora no solo quiere un Diazepam, sino también un Alprazolam.
Le tengo que exigir que rellene las putas recetas bien. Porque parece que no ha hecho una en su vida. De hecho, no las rellena justificando un tratamiento sino según lo que yo tengo para darle.
— María (@marrr_9) September 15, 2019
Esto quiere decir, que como tengo cajas de 40 comprimidos de Diazepam, pos se prescribe una de 40. No según lo que necesita.
— María (@marrr_9) September 15, 2019
Mientras se lo preparo, le dice al marido:
- Qué nerviosa me están poniendo, necesito tomarme esto ya.
WTF.
Porque la gente cuando se pone nerviosa en un momento dado, tiene que chutarse un Diazepam y un Alprazolam.
— María (@marrr_9) September 15, 2019
Y es médica.