Separ destaca que algunas UCRI han multiplicado por cuatro su capacidad en camas con la pandemia

Neumología propone un modelo de UCRI Covid "flexible" con al menos 4 camas
Carlos Jiménez, presidente de Separ.


8 abr. 2021 14:00H
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La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) ha publicado el 'Documento sobre la organización de los cuidados de Covid-19' donde pone de relieve el papel destacado que ha tenido han tenido la Neumología y Cirugía Torácica en la organización asistencial y de los cuidados frente al Covid-19 y, en particular, en la puesta en marcha de las Unidades de Cuidados Respiratorios Intermedios (UCRI) en toda la geografía española. 

Según destaca el documento, durante la pandemia, las UCI tuvieron que aumentar  su número de camas en hasta un 300 por ciento de su capacidad, pero las UCRI de algunos centros han multiplicado por cuatro su capacidad en camas y, en los dos meses de mayor demanda asistencial, han llegado a manejar el doble de pacientes que las UCI. Por ello, recomiendan "mantener activa una UCRI flexible dedicada al Covid con un número de camas adaptado a la demanda, al menos cuatro camas".

Señalan que, en caso de desaparecer esta patología, aún con carácter transitorio, "podrá albergar a los habituales pacientes
no-Covid de cuidados intermedios, pero deberá ser rápidamente transformable en UCRI Covid si es necesario".

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El documento ha sido elaborado por representantes de la neumología y cirugía torácica  españolas; ha contado con dos coordinadores, Carlos A. Jiménez, actual presidente de Separ, y Germán Peces Barba, vicepresidente neumólogo de Separ, y describe la reestructuración que los servicios de Neumología y Cirugía Torácica han realizado en cada una  de las áreas de actividad de ambas especialidades. Pretende servir de orientación para todos los servicios de Neumología y Cirugía Torácica de los hospitales españoles que han tenido un papel muy relevante frente a la pandemia de Covid-19.

“Los contenidos desarrollados en este documento también han de considerarse como recomendaciones que los expertos de Separ ofrecen a las autoridades y a los gestores sanitarios en materia de salud respiratoria en relación con el enfrentamiento a la epidemia del Covid-19, tanto en materia de lo realizado en el momento de la fase aguda de la misma, como en su periodo de desescalada y de futuros rebrotes”, afirma Peces Barba, en la  introducción a esta publicación. 

“Muchos hospitales reconvirtieron una parte de las salas de hospitalización o las áreas idóneas de cada centro hospitalario, por su amplitud y disponibilidad de monitores y oxígeno, como las de ictus y de cirugía mayor ambulatoria, en Unidades de Cuidados Respiratorios Intermedios. Esta nueva unidad asistencial se ha convertido en una pieza clave tanto de la  hospitalización como de la desescalada”, afirma David de la Rosa, coordinador del área de  infecciones respiratorias de Separ. 

Algunos procedimientos y aspectos se han heredado de las UCI 


Una UCRI se define como un área de monitorización y asistencia a pacientes con insuficiencia respiratoria aguda (IRA) que precisan soporte respiratorio no invasivo (SRNI), con ventilación  mecánica no invasiva (VMNI), presión positiva continua de las vías aéreas (CPAP) y  oxigenoterapia de alto flujo (OAF) como parte del tratamiento y que prestan soporte a  pacientes no candidatos a ingresar en UCI o que aún no lo son, pero que, por su gravedad,  tampoco podrían recibir cuidados adecuados en una unidad de hospitalización convencional. 

“Las UCRI han sido un magnífico soporte a los recursos de UCI, a veces saturados, o bien para  ganar tiempo estabilizando al paciente hasta su ingreso en la UCI e incluso evitando la  intubación orotraqueal en muchos casos. Las UCRI han logrado reducir sensiblemente las cifras  de mortalidad pese a no disponer del recurso de la intubación, que es el máximo control de la  mecánica respiratoria”, ha destacaon Olga Mediano, coordinadora del Área de Cuidados Respiratorios de Separ. 

Dentro de las propias UCRI ha sido preciso adaptar ciertos procedimientos y aspectos, algunos  de ellos heredados de la UCI, como la pronación del paciente. En el caso de la Covid-19, explican que los pacientes tienen una rápida evolución clínica a peor en pocas horas por lo que, en la monitorización, es precisa la guardia presencial y las manos expertas, ya que en ocasiones el  paciente requiere una escalada de tratamiento.

En cuanto a la formación de los profesionales, en estas unidades los neumólogos han formado  en las técnicas particulares de ventilación que han requerido los pacientes en las UCRI a todo el personal sanitario en tiempo récord. “El despliegue de las UCRI, que han multiplicado por cuatro sus camas y se han dotado de los recursos necesarios, se ha asociado al factor humano. Desde Separ y la Comisión Nacional de la especialidad se ha prestado siempre atención a la formación  de los residentes y a la formación continuada de neumólogos, otros especialistas, fisioterapeutas y personal de Enfermería en esta área de capacitación. Gracias a todo ello, hemos tenido capacidad para absorber el impacto, que ha llegado a convertir la planta de  neumología en una UCRI”, según Mediano. 

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