Con el nuevo límite de 1.500 euros de aportación deducible para 2022, el médico podrá desgravar 225 euros menos

Planes de pensión: el médico jubilado, abocado a perder poder adquisitivo
José Luis Escrivá, ministro de Inclusión , Seguridad Social y Migraciones.


18 oct. 2021 17:30H
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La desgravación a los planes de pensiones privados individuales en España es cada vez menor. De los 8.000 euros anuales de aportación deducible que fijaba el Gobierno en 2020 se ha pasado a 2.000 euros correspondientes a los presupuestos de este año. El proyecto de cuentas para 2022, que el Gobierno trasladaba hace menos de una semana a Europa, reduce aún más este importe, hasta los 1.500 euros.

Un recorte que servirá para acentuar la desgravación en el caso de los planes de empresa, con una deducción máxima fijada en 8.000 euros, en un intento del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de incentivar este tipo de jubilación. El objetivo del departamento dirigido por José Luis Escrivá en su nueva reforma de las pensiones, aún en trámite parlamentario, es que estos planes sean los preferidos por el 80 por ciento de los ciudanos en 2030, dejando los planes de ahorro individual como algo marginal al entender que solo benefician a las rentas más altas. 

Al afectar a todos los planes de pensiones individuales, incluidos los de los médicos, esta nueva medida gubernamental ha suscitado preocupación tanto en el sector público como en el privado. Esto significa que los médicos, entre los que predomina la pensión máxima, podrán desgravarse un máximo de 675 euros anuales con un IRPF del 45 por ciento, lo que supondrá un recorte de sus beneficios fiscales de 225 euros en comparación con la legislación actual. 

A ojos de Antonio Barahona, director del Área Económico-Financiera de la compañía de seguros PSN, la reducción de las aportaciones máximas no supone una "buena noticia"  ya que "hace complejo que un profesional pueda acumular el capital necesario para que llegado el momento de su jubilación pueda ver complementado la parte de salario que pierde respecto de sus ingresos en activo." Aunque señala otros instrumentos para canalizar ese ahorro, la medida supondrá una traba para la previsión social complementaria

Para hacerse una idea, en términos numéricos, un médico que tributara con un tipo de IRPF del 45 por ciento asociado a las rentas más altas en 2020, vería reducida su factura fiscal en unos 4.500 euros si el límite de aportación fuera de 8.000 euros como hace dos años. 

 Al establecer el tope en 2.000, la desgravación quedaría reducida a 900 euros anuales como máximo mientras que, con la nueva limitación que plantea Escrivá para el año que viene de 1.500 euros, el ahorro disminuiría a 675 euros. Por tanto, a partir del año que viene, los médicos podrán desgravarse 225 euros menos al final del ejercicio con su contribución a la 'hucha privada' de las pensiones.

La medida, mantenida durante una década, supondría una pérdida de ahorro de 2.225 euros en la factura fiscal de estos profesionales sanitarios. "Son decisiones que lejos de ayudar a fomentar el ahorro finalista para la jubilación, lo coartan", asevera Barahona. 

El colectivo médico también considera esta medida como una palanca disuasoria al ahorro individual de los facultativos. De hecho esperan que, sin ese incentivo, a partir del año que viene, los profesionales adapten su contribución al límite de desgravación establecido por el ministerio, según sostiene Vicente Matas, coordinador del Sindicato Médico de Andalucía. "Si destinan más se verán obligados a pagar impuestos ahora y después cuando accedan al plan por lo que no les merece la pena", deduce. 

Máximo de 52.500 euros para la jubilación


De esta forma, aquellos que recurran a los planes de pensiones como instrumento de ahorro-jubilación estarán limitados a las cantidades que fija la normativa porque no está permitido realizar aportaciones por encima de ese umbral, independientemente del tema fiscal, explica Barahona.

Por tanto, de los 37.904 euros brutos anuales que percibiría un médico con la pensión máxima, solo 1.500 irían a parar a planes privados. Dado que el 40 por ciento de los facultativos en activo en España tiene más de 55 años, si se mantiene una aportación anual hasta cumplir los 65 años - edad legal  ordinaria para  jubilarse - el profesional conseguiría ahorrar un máximo de 15.000 euros.

Una cifra "escasa" en opinión de Matas, para el que esta medida conducirá a la consecución de planes de pensiones "muy pobres" entre los médicos.  

Desde PSN entendien que esa limitación "se debe sortear canalizando el ahorro restante a través de otros instrumentos", para que los médicos puedan contar con un complemento necesario una vez se jubilen. "Lo que sí es una certeza es que llegado ese momento perderán poder adquisitivo", asegura Barahona, indicando ejemplos como el SIALP o el PIAS que permiten aportaciones anuales mayores (5.000 y 8.000 euros anuales respectivamente) y también posibilitan acceder a interesantes ventajas fiscales. 

Plan B para canalizar el ahorro 


En este punto, Matas habla de inversiones como es el caso de la vivienda. Sin embargo, Matas asegura que habrá que esperar a la disposición de la nueva ley que prepara el Ejecutivo en relación al alquiler para saber si es el terreno idóneo al que derivar las inversiones. 

El experto considera que esta medida no solo supone una traba para el colectivo sino también para el ahorro nacional. La cantidad depositada en estos planes, la cual no puede retirarse salvo pretextos excepcionales antes de la jubilación, acaba reinvirtiéndose en empresas, deuda pública y "áreas que son muy positivas para el país", defiende, aludiendo a sistemas de pensiones como el noruego. 

El facultativo sospecha que pueda tratarse de una medida recaudatoria inminente en detrimento del ahorro de la profesión. "No se dan cuenta de que van a limitar mucho ese instrumento que era muy interesante", explica. Además, se trata de una inversión de ida y vuelta, matiza, ya que la desgravación actual acaba siendo pagada en forma de impuestos una vez se rescata el plan de pensiones.  

En esta misma línea, Barahona considera que la medida no ayuda a fomentar el ahorro a largo plazo y supone "un problema" para aquellos que llevan años apostando por estos instrumentos para consolidar un complemento a su jubilación porque "ahora ese flujo de ahorro inevitablemente tendrá que modificarse". 
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