Los constantes avances sociales y sanitarios, incluida la
pandemia de Covid-19, han hecho necesaria la actualización del
código deontológico de los profesionales de Medicina a nivel internacional. El nuevo documento, aprobado en el mes de abril por la Asociación Médica Mundial será sometido a consulta pública hasta el próximo 28 de mayo.
Este código ético del colectivo, (ICoME según sus siglas en ingles) pone de manifiesto una de las mayores recomendaciones realizadas por las organizaciones muy especialmente en pandemia como es la de "cuidarse para poder cuidar". En este sentido, el documento especifica que los médicos
"deben ocuparse de su propia salud, bienestar y habilidades" si lo que se busca es "brindar una atención del más alto nivel". Esto incluye "buscar la atención adecuada para garantizar que puedan practicar de forma segura".
El nuevo texto aborda también la obligación ética de "minimizar las interrupciones en la atención al paciente", de manera que la
objeción de conciencia solo será plausible siempre y cuando el paciente no sea discriminado o desfavorecido, su salud no esté en peligro o se pudiera garantizar la continuación de la atención
"referenciada de forma efectiva y oportuna por otro médico cualificado".
A pesar de que los comentarios en esta materia son "bienvenidos", este aspecto será sometido a debate en la conferencia dedicada a la objeción de conciencia que tendrá lugar este año o al siguiente, según especifican desde la Asociación.
También se señala el deber de los facultativos de "informar sobre posibles condiciones o circunstancias que les impiden brindar una atención de los más altos estándares", como por ejemplo las agresiones, condiciones de trabajo inadecuadas y cualquier otro factor de "estrés insostenible".
Cuarta actualización del código
En total son 40 las obligaciones éticas que adquieren los facultativos con los pacientes, con la sociedad y con el resto de compañeros sanitarios y las asociaciones médicas del ramo. En primer lugar, como deber principal de todo médico, se sitúa la promoción de la salud y el bienestar de cada paciente proporcionando una atención competente y compasiva de acuerdo con las buenas prácticas médicas.
Entre los compromisos adquiridos con la profesión, también está el respeto de la dignidad del paciente, decisiones justas basadas en la resposabilidad, un uso óptimo de los recursos sanitarios o el principio de confidencialidad. Este pacto implícito también prohibe a los profesionales participar en la publicidad o promoción de productos que tengan que ver con su actividad laboral.
Se trata de la cuarta modificación del código desde su adopción en 1949. La más reciente se produjo hace tan solo 3 años, en 2018, inmediatamente después de la adopción de la Declaración de Helsinki revisada en 2017. Este nuevo borrador ha sido revisado "cuidadosamente" por un grupo de trabajo y los observadores procedentes de más de 15 países para determinar sus carencias o la posibilidad de cambiar su organización.
Se han tenido en cuenta los comentarios surgidos durante las conferencias regionales en Kuwait y Brasil y otras pospuestas debido a la pandemia de Covid-19, así como las conclusiones obtenidas en la reunión anual de la Asociación Internacional de Bioética de 2020.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.
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