La práctica colaborativa interprofesional se presenta como la mejor forma de enfrentar el desafío demográfico

Un estudio evalúa el trabajo colaborativo entre estudiantes de Medicina y Farmacia. Resultado al detalle en Redacción Médica
Una reunión entre profesionales sanitarios.


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El reto demográfico es uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan los sistemas sanitarios. El aumento de la esperanza de vida, combinado con una baja tasa de natalidad, obliga a plantear un nuevo plan de acción contra la multimorbilidad. Ante esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone la práctica colaborativa interprofesional como vía para fortalecer los sistemas de salud y brindar una atención de calidad a los pacientes. Además, también se considera una estrategia para reducir la escasez de profesionales sanitarios en todo el mundo. Sin embargo, los currículos de la carrera de Medicina no ayudan a fortalecer el entusiasmo por trabajar con otros compañeros.

El análisis Fomento de la colaboración: un estudio piloto controlado de educación interprofesional para estudiantes de medicina y farmacia publicado en BMC Medical Education tiene como objetivo evaluar si el trabajo conjunto entre estudiantes de medicina y farmacia influye en su percepción sobre la colaboración interprofesional. De este modo, en un contexto donde la seguridad del paciente y el uso adecuado de medicamentos son prioridades sanitarias, el llamado “proyecto PILLE” analizó si este enfoque educativo puede marcar la diferencia en la formación de los profesionales.


Colaboración interprofesional entre sanitarios


Así, este último se desarrolló en tres fases: un seminario interprofesional obligatorio de 90 minutos, una formación práctica voluntaria de dos horas y una jornada de observación clínica en tándem en una consulta médica. Se aplicó un diseño de estudio controlado. Mientras que los estudiantes del grupo de intervención participaron en todas las actividades, los del grupo control solo asistieron a un seminario monodisciplinar. Para medir el impacto, se utilizó el cuestionario SPICE-2D antes y después de la intervención. Además, se incluyeron otras pruebas para detectar posibles cambios en la percepción sobre la colaboración interprofesional.

Tras los resultados, se constató que la percepción positiva hacia la colaboración interprofesional en este estudio coincidía con los hallazgos de investigaciones previas. No se registraron diferencias significativas ni antes ni después de la intervención. Tampoco entre el grupo de intervención y el grupo control. Por tanto, el proyecto PILLE no logró modificar la percepción de los estudiantes, posiblemente porque estos ya tenían una opinión positiva sobre el trabajo conjunto entre profesionales sanitarios.


Cómo mejorar la colaboración interprofesional en Medicina


No obstante, aunque los futuros médicos consideran la colaboración interprofesional como un aspecto importante en la práctica clínica, sólo uno de cada tres percibe que este tema está ampliamente abordado en su formación académica. Esta brecha sugiere que la buena predisposición de los estudiantes hacia el trabajo colaborativo no proviene de experiencias previas en el aula, lo que pone sobre la mesa la necesidad de reforzar este tipo de contenidos en los planes de estudio, ya que favorecerá el entusiasmo por la Medicina interprofesional. Por tanto, la aprobación de módulos compartidos entre disciplinas o experiencias conjuntas más prolongadas ayudarían a superar los desafíos ya identificados en investigaciones previas. Ahora bien, la experiencia del proyecto PILLE refuerza la necesidad de contar con un liderazgo motivado y con la participación activa de los estudiantes en el diseño y ejecución de este tipo de iniciativas.
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