La capacidad reivindicativa de quienes conforman nuestra sanidad ha resultado un indicador de calidad indispensable

La lucha solitaria del profesional, motor de mejora del sistema sanitario


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El Sistema Nacional de Salud requiere mejoras constantes y para ello, las luchas individuales de muchos profesionales sanitarios ha sido clave. Luchas solitarias, que no han contado para nacer (ni para defenderse) con el apoyo de instituciones como sindicatos, sociedades científicas o incluso partidos políticos. Solo la fuerza y el tesón de aquellos que las han puesto en marcha por padecerlas directamente, de forma individual o como uno más de tantos afectados en el sistema sanitario.

Vivir el día a día del Sistema Nacional de Salud, ya sea como trabajador en activo o como estudiante, supone una herramienta esencial para descubrir las carencias o problemas que afectan a la rutina del sistema sanitario. Un hecho que muchos han utilizado para elevar quejas por su cuenta, darles dimensión pública y, finalmente, lograr mejoras sustanciales que beneficiarán a muchos.

El último caso que ha conseguido marcar un antes y un después en un área sanitaria ha sido el de Jesús Sánchez Etxaniz, pediatra del Hospital Universitario de Cruces (Barakaldo) y uno de los pioneros de los cuidados paliativos pediátricos a domicilio en Euskadi. Esta semana se conocía que sus superiores le habían apercibido por acompañar a una niña de cuatro años en fase terminal fuera de su horario laboral.

Tras denunciar la situación y comunicar que iba a tomarse un descanso, el consejero de Salud del Gobierno Vasco, Alberto Martínez, ha asegurado que,  a pesar de que "los cuidados paliativos infantiles han estado, están y van a seguir estando garantizados en Osakidetza", van a reforzarlos e integrar ahora un protocolo de actuación en casos tan complejos como el sucedido, para que tanto los pacientes como los profesionales cuenten con toda la seguridad en la atención dada. 

Batalla ganada frente a la discriminación por discapacidad


Un logro similar es el que protagonizó la médica Berta Domínguez, cuando, tras aprobar la carrera de Medicina, hacer el examen MIR y elegir su plaza para formarse como especialista en Medicina de Familia, le impidieron comenzar su residencia al declararla 'no apta' en el reconocimiento médico por su tetraplejia. Tal y como detalló a Redacción Médica, la profesional envió toda la documentación relativa a su grado de discapacidad de forma previa a hacer la prueba y le comunicaron que no había ningún problema. Sin embargo, cuando llegó la fecha de iniciar la especialidad la echaron para atrás. 

Desde ese momento, a finales de mayo de 2023, Berta comenzó una intensa batalla para que las condiciones de acceso al MIR mejorasen para las personas que, como ella, tienen discapacidad. Tras varios meses en un intenso diálogo con el Ministerio de Sanidad, Berta consiguió optar a una plaza de residente en Medicina Preventiva. Pero no solo eso, gracias a su tesón e insistencia, ha abierto camino a otros aspirantes que se han visto discriminados a la hora de iniciar su especialidad. Además, tomando de ejemplo su caso, el Ministerio de Sanidad ha pulido los requisitos para solicitar el cambio de especialidad una vez iniciado el periodo de residencia. 

A partir de ahora, los responsables de riesgos laborales deben detallar “los motivos que justifican dicha necesidad de cambio de especialidad” y, además, recomendar la especialidad o especialidades para las que el interesado sí puede resultar apto “en base al examen médico de no aptitud”.

¿Fin de las guardias de 24 horas? 


Otra de las 'guerras' encabezadas por los propios profesionales es la que quiere poner fin a las guardias de 24 horas. Para conseguirlo, la intensivista Tamara Contreras reunió miles de firmas para acabar con unas jornadas que, según insisten, no benefician a la salud ni de profesionales ni de los pacientes. Con las quejas recopiladas, la especialista se reunió personalmente con la ministra de Sanidad, Mónica García, semanas después de que esta se comprometiera acabar con estas jornadas reduciéndolas a las 17 horas. 

Contreras no se quedó ahí. Y un año después, volvió a reunir más de 180.000 firmas para reclamar su eliminación. De hecho, la petición para acabar con estas jornadas sigue abierta, al no haberse producido "cambios" más allá del compromiso de la ministra de estudiar esta reivindicación y reducirlas sin implicar disminución en las retribuciones de los profesionales.

Una situación, la de las guardias médicas, que décadas antes ya logró una mejora sustancial gracias al trabajo del abogado experto en Derecho sanitario Ricardo De Lorenzo. Y es que directamente no eran remuneradas. De Lorenzo fue el primero en identificar un 'vacío' legal al respecto y velar por una correcta tipificación de estas en beneficio de los propios médicos. Con reuniones casi en secreto, cuestionarios a mano y viajes de hospital en hospital, su arduo trabajo dio resultados en la España de la Transición al conseguir, por primera vez, que las guardias médicas se remuneraran de forma adicional al trabajo ordinario de un médico.

Rediseño del envase de un fármaco 


A pesar del ruido que generan, las redes sociales también pueden ser motor de cambio cuando detrás de ellas se encuentran verdaderos profesionales. Es el caso que ocurrió hace unos meses, cuando un usario compartió un problema desde su perfil: su madre se había equivocado de medicación al tener el envase el mismo diseño exacto. A raíz de su publicación, multitud de farmacéuticos y médicos compartieron el problema. 

Uno de ellos fue el farmacéutico Alfredo Montero, quien añadió fotografías de otros medicamentos que compartían un diseño prácticamente similar. "Me alegra que se visibilice este problema, por el que llevamos luchando muchos años. Lamentablemente no hay interés comercial en la seguridad del paciente, por lo que es imperativo una regulación nacional del envasado de medicamentos que prevenga errores de medicación, los cuales en muchos casos son desconocidos pero cuestan igualmente vidas", aseguró desde su perfil. 

Finalmente, tras un aluvión de mensajes en X por parte de diferentes profesionales, Cinfa respondió y confirmó que cambiarían el envase del ansiólitico para que no se confundiera con la pastilla para la alergia. 

Aunque estos cuatro ejemplos hayan sido representativos en los últimos meses, no son los únicos. Así, es relevante ver cómo profesionales sanitarios de 'a pie' son los que identifican por sí mismos una serie de brechas o necesidades que las propias administraciones han dejado de lado o que no han identificado como una necesidad de cobertura. 

Sus ejemplos son testimonio de que sino el mejor, uno de los mejores indicadores de calidad del Sistema Nacional de Salud son sus profesionales, o aquellos que aspiran a trabajar en él. Cuando la capilaridad que les permite su día a día se une a sus reivindicaciones, salen a la luz carencias o trabas de relevancia. Cuestiones que afectan al día a día del sistema sanitario: de sus profesionales, de su personal en formación, de los pacientes, o de todos ellos. Un hecho que, sin duda, termina por fortalecer a la Administración y al Estado del Bienestar.
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