Dos médicos narran su experiencia en el hospital, donde su discapacidad no ha supuesto ningún problema

El reto de ejercer la Medicina con una discapacidad: "Me negué a rendirme"
Los facultativos Raúl Rodríguez y Miguel Ángel López.


7 jun. 2023 8:00H
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POR TANIA CALAHORRA | GUILLERMO BELINCHÓN
El sueño de ser especialista, a veces, se ve truncado cuando se tiene una discapacidad. Es el caso de Berta Domínguez, quien acaba de enfrentarse al rechazo inicial del sistema para iniciar su residencia condicionada por su tetraplejia. Ahora, intentará cumplir sus aspiraciones al optar por otra especialidad, aunque aún le deben dar el 'okey' definitivo. La residente espera cursar su MIR en Medicina Preventiva y Salud Pública, opción que le ha ofrecido Sanidad. Su historia ha suscitado un intenso debate en redes sociales donde muchos médicos han empatizado con ella y aquellos que actualmente ejercen la Medicina en el día a día sin que su discapacidad haya supuesto ningún tipo de problema han alzado la voz para visibilizar su situación.

Uno de ellos ha sido Raúl Rodríguez, especialista en Medicina Interna que tiene un 60 por ciento de discapacidad visual. "Sufrí cataratas congénitas y fui intervenido en varias ocasiones a lo largo de la infancia para colocar y cambiar lentillas intraoculares, corregir el estrabismo, etc. La última intervención la tuve durante la adolescencia. Tras los tratamientos, logré una visión aceptable en el ojo derecho, pero una visión muy escasa con el ojo izquierdo", confiesa en declaraciones a Redacción Médica.

A pesar de esto, siempre pensó en ejercer una especialidad que, "siendo una de las más duras y exigentes", es la que se aproximaba a ese "concepto clásico" que Rodríguez tiene de la Medicina. "Combina la parte científica y técnica de la profesión con la más humana y cercana al paciente", explica.

Un MIR de Medicina Interna con discapacidad


Cuando el facultativo terminó sus estudios de Medicina y aprobó el MIR pensó en qué especialidad elegir y si su discapacidad debía condicionar de alguna forma su siguiente paso. "Me planteé en varias ocasiones qué elegir y si debía optar por una especialidad que no supusiera un reto desde el punto de vista de mi problema visual. Pensé en Psiquiatría, Rehabilitación, Medicina Preventiva, etc. Pero yo deseaba ser médico desde mi adolescencia y mi imagen era la del profesional clásico", asegura antes de afirmar rotundo: "No quería colgar el fonendo". Por ello, "siendo consciente de las posibles limitaciones, elegí Medicina Interna, que era lo que siempre quería hacer". Esta decisión, que tomó en el año 2009, fue meditada y, tras "asumir el riesgo" descubrió que había tomado la decisión más acertada.


"Elegí Medicina Interna siendo consciente de las posibles limitaciones que tendría por mi discapacidad visual"



Antes de tomar posesión de su plaza en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander), Rodríguez pasó el reconocimiento previo que se exige a todos los residentes. En su caso, no recibió un 'no apto' por parte del tribunal médico, como le sucedió a Berta Domínguez, sino que su discapacidad visual no supuso un inconveniente. "Planteé abiertamente mi situación y no pusieron problema alguno", expone.

Discapacidad visual sin adaptación de puesto


Una vez en el hospital, el médico explica que no fue preciso pedir ningún tipo de adaptación específica a la gestión del centro por su discapacidad. "Fui y soy capaz de cumplir con todas las funciones exigibles de mi especialidad. ¿Qué soy algo más torpe con las técnicas? Sí, pero las hago y si necesito ayuda nunca he tenido problema en pedirla y nunca nadie se ha negado a dármela".


"Soy capaz de hacer todas las funciones de mi especialidad. ¿Qué soy algo más torpe con las técnicas? Sí, pero las hago y si necesito ayuda, la pido"




Y así transcurre su día a día en consulta, sin que haya recibido un "trato distinto por parte de sus compañeros en ninguno de los centros, públicos y privados," en los que ha trabajado, tal y como explica a este periódico recordando que, en su trayectoria, ha pasado por "planta, consultas y, también, Urgencias". "He mantenido un nivel idéntido al de mis iguales", afirma antes de subrayar que está convencido de que sus pacientes "no son conscientes de que les atiende un médico con discapadidad, solo ven que que es un facultativo que se acerca más a la pantalla que otros médicos", nada que haya supuesto ningún tipo de rechazo.

Una 'lucha' contra la barrera de la discapacidad en Medicina


La vocación por ayudar a los demás que incentivó a Rodríguez a convertirse en médico no es un caso aislado. Existen muchos otros entre el colectivo sanitario donde la discapacidad no ha sido un impedimento para ejercer esta profesión. Es el caso del internista Miguel Ángel López, quien trabaja actualmente en el Hospital Virgen de las Nieves, en Enfermedades Infecciosas, y quien ha asegurado que, pese a tener un 45 por ciento de discapacidad física, puede realizar de forma eficaz su labor.

A diferencia del caso de Berta Domínguez, este médico no tuvo problemas a la hora de poder hacer la residencia porque él era “muy consciente” de sus limitaciones físicas y sabía que no podría realizar determinadas especialidades. “Yo sabía que, por ejemplo, no podía hacer Cirugía, porque habría más riesgo de que algo saliera mal con el paciente”, ha explicado. 

Con esta premisa por bandera, solicitó una valoración en un centro de discapacidad para conocer las especialidades a las que podría acceder y, con las dudas resultas, comenzó su MIR de Medicina Interna donde "no tuvo contratiempos" durante su servicio.

"Algunos familiares de pacientes dudan de mis capacidades"


A la hora de atender a los pacientes, López ha aseverado que tampoco ha tenido ninguna dificultad más allá de las dudas de los propios parientes que traen a un familiar en una situación de urgencia y se dan cuenta de que alberga una discapacidad. “Es algo normal. Los familiares pueden llegar a dudar por mi condición de la atención que pueda darle al paciente, pero una vez que se ha solucionado la situación, normalmente me piden disculpas. Yo les digo que tener esos miedos es algo entendible porque yo también los tendría”, ha afirmado.

Pese a que López tuvo una carrera laboral “sin complicaciones”, lamenta lo que le ha ocurrido a la facultativa Domínguez, que lo califica de "injusticia", y ha resaltado la necesidad de un cambio en el SNS donde la evaluación por discapacidad se realice “mucho antes” del momento de decidir la especialidad.

Evaluarte después de terminar Medicina "es injusto"


"Eso lo tienen que hacer antes de que decidas realizar la carrera de Medicina e indicarte las opciones que tienes disponibles. Y si te ocurre durante la carrera, te tienen que valorar y guiar en ese momento. Lo que es injusto es que esa evaluación no llegue hasta que terminas el MIR, que es lo que les ha pasado a otras personas. Y esto no significa que necesitamos que nos faciliten las cosas, sino que nos digan de antemano lo que vamos a poder hacer y lo que no”, ha lamentado.

Para concluir, López ha querido animar a todos los estudiantes que quieren hacer Medicina y que tienen algún tipo de discapacidad a que cumplan con su objetivo, pero siempre evaluándose antes de tomar esta decisión. “Existen centros en cada provincia que te indican las especialidades que puedes hacer dependiendo de tu situación. "Si ellos no lo hacen, evalúate tú", ha incidido.
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