Semi reclama una vigilancia de la familia u organizaciones sociales para que los pacientes crónicos no se deshidraten

La ola de calor 'evapora' las medidas de Interna para evitar ingresos
Pilar Cubo Romano.


20 jul. 2022 18:05H
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POR IVÁN FERNÁNDEZ
Más allá de los golpes de calor por estar expuesto a altas temperaturas durante las horas centrales del día, las olas de altas temperaturas suponen un riesgo para la salud de los pacientes crónicos y pluripatológicos. Un grupo poblacional que representa el grueso de los pacientes que atiende Medicina Interna, quien con la subida de los termómetros ve como aumentan los ingresos a causa de la “deshidratación” y el “empeoramiento” de las patologías previas. Para evitarlos, desde la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) recomiendan apostar por concienciar al paciente en la prevención. Sin embargo, en los casos con peores condiciones socioeconómicas esto ya no llega y reclaman una ayuda social o familiar que vigile a estos pacientes durante los días de máximo riesgo.

“En los servicios de Medicina Interna el perfil de paciente es cada vez de mayor edad. Actualmente, los pacientes ingresados están alrededor de 79 años y casi el 40 por ciento tienen varias patologías crónicas asociadas. Cuando hay una de ola de calor, estos son los pacientes más vulnerables. De manera que impacta directamente a Interna, a quien ahora se ha juntado también la ola covid generando así un aumento de ingresos respecto a años previos”, detalla Pilar Cubo Romano, coordinadora del grupo de trabajo de la SEMI Pacientes Pluripatológicos y Edad Avanzada.

Según detalla Romano, cuando hay una ola de calor hay dos grandes síndromes clínicos que pueden suceder. “Lo más frecuentes es el agotamiento y la deshidratación. El cuerpo no es capaz de aguantar las pérdidas de los líquidos y las sales que se pierden con el sudor. Entonces, los pacientes empeoran forma progresiva. Lo segundo es lo conocido como golpes de calor, que es lo más conocido y se trata de un fracaso muy agudo de la termorregulación del cuerpo, es decir, este no es capaz de adaptarse a través de sus mecanismos. Esto es una situación de extrema urgencia”, asegura la especialista.

En ese sentido, a los pacientes crónicos, como no suelen estar tan expuestos al calor, el síndrome más frecuente es la deshidratación. “Dependiendo de la patología, algunas si empeoran y se desencadenan otras consecuencias. Por ejemplo, los que tienen diabetes les provoca que tengan leucemias más elevadas y esto hace a su vez que perdure la deshidratación. En Insuficiencia Cardíaca ocurre lo contrario, no es que empeore la enfermedad, sino que el tratamiento farmacológico le genera menor tolerancia al calor”, explica Romano.

La ayuda social, clave para un futuro con altas temperaturas


El aumento de la temperatura se está traduciendo en mayores ingresos por patologías que son habituales para esta época. Por lo tanto, según Romano, desde Interna “poco más pueden hacer” más allá de prevenir al paciente cuando viene a consulta y atenderlo cuando ingresa. El problema es que ante las elevadas temperaturas que se están registrando en algunos casos la prevención se queda corta.

“Muchos pacientes tiene una situación social comprometida y las casas no están adaptadas para estas temperaturas. Ya no les vale quedarse en casa, no salen y aun así llegan a las consultas deshidratados. Por ello, se debe estar más pendiente de esta población por parte de su familia y si no tiene habrá que proporcionarle ayuda desde el Ayuntamiento u organizaciones sociales”, detalla Romano, quien, de cara al futuro, donde se prevé que sigan aumentando las temperaturas, considera que hay que reforzar el apoyo social en domicilio a estos pacientes. “Hay que acompañarlos durante las olas de calor y así prevenir que ingresen”.

¿Modificar temporalmente el tratamiento ante la ola de calor?


Los pacientes de elevada edad tienen un deficitario centro de termorregulación que en ocasiones les impide detectar que se están deshidratando y, por ello, no tienen sed. Una deficiencia a la que hay que sumar, según la internista, que con fármacos como ansiolíticos, antidepresivos o diuréticos “lo detecten aún peor”.

Ante esto cabe la posibilidad que desde Interna puedan modificar temporalmente el tratamiento para solventar mejor las olas de calor, aunque esto no se podría realizar en todos los casos. “De forma global no se puede hacer, solo se puede prevenir que no estén expuestos al sol en las horas centrales del día, que se mantengan hidratados y que estén supervisados por alguien si viven solos. Después sí que hay casos que se puede regular de forma individualizada y temporal. Por ejemplo, en Insuficiencia Cardiaca si el paciente está empoderado se les puede bajar la medicación. O si están telemonitorizados en su domicilio si se les puede recomendar para estos días si son conscientes de las señales de alarma”, explica la coordinadora de la SEMI.
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