Los expertos indican que se debe establecer de forma paulatina y planificarse junto al paciente y a la familia

Desprescribir para mejorar la calidad de la vida en sus momentos finales
Gema Flox.


7 oct. 2019 15:05H
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POR MARCOS DOMINGUEZ Joana Huertas
Una de las principales conclusiones a las que se ha llegado en la II Jornada de Cuidados Paliativos de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) es que, ante la duda sobre el valor que le puede proporcionar un tratamiento al paciente, es mejor plantear no administrárselo.

En situaciones al final de la vida, la aplicación de cuidados paliativos también incluye la retirada de fármacos en los que la relación beneficio-riesgo deja de tener sentido o cambia sus parámetros. Por ejemplo, en el uso de estatinas “o fármacos que utilizamos en la prevención de enfermedades que, quizá, se puede desprescribir en una situación en la que la evolución del paciente se plantea a muy corto plazo”.


Exigir un tratamiento


Así lo expresa Gema Flox, internista del Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés y secretaria del Grupo de Trabajo de Cuidados Paliativos de la SEMI, que explica que la desprescripción puede realizarse sobre tratamientos agresivos como la quimioterapia, pero también en “otro tipo de tratamientos que pueden producir efectos secundarios, interacciones y reacciones adversas”.


La desprescripción debe ser una aproximación paulatina al tratamiento del enfermo y "es importante hablarlo con el paciente"


Según Flox, la desprescripción está teniendo cada vez mayor calado pero los avances técnicos y la percepción de pacientes y familias hace que “se exija el tratamiento. Hay que cambiar la forma de ver las cosas. Sobre todo, se trata de considerar si el tratamiento que estamos aplicando le va a hacer bien al paciente, si no le va a provocar daño, si el paciente entiende la terapia y sus efectos secundarios”.


Principio de justicia


Además, hay que tener en cuenta el “principio de justicia, que considera si ese tratamiento puede consumir unos recursos que a lo mejor son limitados o no están disponibles”. No obstante, “la toma de decisiones debe ser compartida” con el paciente y su familia.

La desprescripción debe ser una aproximación paulatina al tratamiento del enfermo “y es muy importante hablarlo con el paciente. Quizá estos lo ayude, a él, al profesional que lo atiende y a la familia”, ya que hay momentos en que “el paciente ya no puede decidir”.

Para Flox, este concepto implica un cambio de perspectiva tanto para profesionales como pacientes y familias, aplicando una “mirada paliativa” a la situación de la persona.
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