Semergen insiste en que el médico de Familia debe ser un aliado para abandonar el tabaquismo

La concienciación ayuda a reducir el riesgo cardiovascular del tabaco
José Luis Díaz-Maroto.


31 may. 2018 15:20H
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Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo, y el consumo de tabaco y la exposición al humo de segunda mano contribuyen en torno al 12 por ciento de las defunciones por cardiopatías. Por este motivo, el Grupo de Trabajo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), en el Día Mundial sin Tabaco, insiste en que el tabaquismo es el principal factor de riesgo cardiovascular y subraya la necesidad de concienciar a la población.

“El tabaco eleva la presión arterial, la frecuencia cardiaca, el LDL colesterol, la formación de placas de ateroma, altera la coagulación sanguínea, y aumenta la resistencia a la insulina”, apunta José Luis Díaz-Maroto, coordinador del Grupo de Trabajo de Tabaquismo.

Asimismo, el tabaquismo es un factor de riesgo importante de cardiopatía coronaria, isquemia, infarto, accidente cerebrovascular y vasculopatía periférica.

Implicación del médico de Atención Primaria

Según el estudio 'Iberican' (Identificación de la población española de riesgo cardiovascular y renal) de Semergen, en España el 50 por ciento de la población adulta padece dislipemia y el 47 por ciento son hipertensos. Por otra parte, el 75 por ciento de la población española acude al menos una vez al año a las consultas de Atención Primaria, y el 30 por ciento de los adultos es fumador.

Por ello, las consultas del primer nivel asistencial son contextos adecuados para promover la salud cardiaca protegiendo a las personas del consumo del tabaco, en donde el médico de Familia se implique en el correcto diagnóstico de los pacientes fumadores y en el tratamiento para disminuir las enfermedades y las muertes de origen cardiovascular.

“Lo ideal es que el tratamiento de esta enfermedad se hiciera como el abordaje de las demás patologías crónicas y, además, se combine el tratamiento farmacológico junto con el apoyo psicológico. Sin embargo, a la hora de aplicar el tratamiento debe tenerse en cuenta las características clínicas del paciente ya que, para embarazadas, menores de 18 años y personas que fumen menos de 10 cigarrillos diarios está desaconsejado su aplicación”, explica José Luis Díaz-Maroto
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