Pedro Iborra, Luis Gutiérrez Rojas, Eva Trillo y Laura Araujo.
El
burnout en profesionales sanitarios es un problema sistémico que afecta tanto a la salud mental de los médicos como a la calidad de la atención que ofrecen. Este síndrome de agotamiento profesional no se trata de un problema individual, sino que es una consecuencia de un sistema colapsado y sobrecargado, lo que demuestra la urgencia de implementar
detección sistemática y monitorización de los síntomas de burnout entre los profesionales de Atención Primaria.
Es la principal idea que se ha traslado en el
47º Congreso Nacional de Semergen, donde Eva Trillo, médica de Familia y miembro de los Grupos de Trabajo de Salud Mental de la entidad y Luis Gutiérrez Rojas, psiquiatra en el Hospital Universitario Clínico San Cecilio de Granada, han coincidido en que el estrés es un factor central: un nivel manejable puede ser "motivador", pero la sobrecarga crónica genera riesgo de burnout y problemas de salud mental asociados."Los síntomas que aparecen son señales de que algo no va bien, y detectarlos a tiempo es clave para
prevenir cuadros más graves como la ansiedad o la
depresión", ha añadido Rojas.
Brurnout y depresión
En cambio, en el momento en el que "se pierde el sentido de lo que hacemos" puede ser la puerta de entrada al burnout: "La primera vez que se habló de este síndrome fue sobre un arquitecto que no encontraba sentido a su trabajo; lo mismo ocurre con los profesionales sanitarios que pierden la ilusión por ayudar a los pacientes". Así, Trillo ha destacado la magnitud del burnout en España: "
Uno de cada cuatro médicos sufre burnout. En Cataluña, más de la mitad de los médicos de familia seguían con agotamiento profesional después de la pandemia, y en Madrid, un 92 por ciento ha experimentado o experimenta agotamiento laboral".
Luis Gutiérrez Rojas, psiquiatra en la Unidad de Hospitalización de Salud Mental del Hospital Universitario Clínico San Cecilio.
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También ha aportado datos sobre la incidencia del bournot entre médicos y residentes: "Riesgo alto de depresión en 34 por ciento; riesgo alto de suicidio del, 6,3 por ciento; consumo habitual de psicofármacos, 19 por ciento; antecedentes de ideación suicida, 14,8 por ciento; y casi el 50 por ciento no busca ayuda profesional pese a necesitarla". Unos datos a partir de los cuales Pedro Iborra, psiquiatra y coordinador de Psiquiatría en el Hospital de Día para Trastornos de la Personalidad del Centro Terapéutico Espiral de Alicante, ha apuntado que "estos cuadros de ansiedad y depresión suelen aparecer combinados" y que la identificación temprana de síntomas somáticos y afectivos es clave para "intervenir antes de que se cronifiquen".
Además, Gutiérrez Rojas ha explicado que se manifiestan muchos otros síntomas, incluyendo ansiedad generalizada, inquietud, fatiga y problemas cognitivos, que si no se abordan pueden derivar también en agorafobia. Además, muchos pacientes con síntomas somáticos inespecíficos, como fibromialgia, "presentan un origen psicológico vinculado al estrés laboral o al burnout".
Eva Trillo, miembro de los grupos de trabajo de Dolor y Cuidados Paliativos y Salud Mental de Semergen.
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Prevención y cuidado del profesional
La detección sistemática, según los tres facultativos, debe enfocarse en identificar "agotamiento emocional, despersonalización y pérdida de sentido", que , así como en monitorizar signos de ansiedad y depresión asociados. Detectar estos síntomas a tiempo permite
intervenir antes de que se cronifiquen y afecten tanto a la salud del profesional como a la calidad de la atención. Iborra, de hecho, menciona la necesidad de "sistemas de apoyo y supervisión profesional".
Una vez detectado el burnout, los especialistas han destacado que la
prevención y el cuidado requieren acciones colectivas e individuales. El ambiente laboral es un factor decisivo: "Lo que más angustia a los médicos no son los pacientes, sino los compañeros y la organización", afirmó Gutiérrez Rojas. Trillo ha matizado que la falta de recursos y la sobrecarga generan un círculo de estrés crónico: "Cada médico que falta implica que otros asuman su carga. Encontramos equipos de 18 médicos donde tres soportan toda la asistencia".
El apoyo social y familiar también actúa como factor protector. Gutiérrez Rojas ha subrayado que "tener una buena vida personal y familiar reduce significativamente el burnout.
El apoyo de los compañeros y la familia permite equilibrar la tensión emocional que genera el trabajo diario". La resiliencia, la flexibilidad, la empatía y la gestión emocional ayudan a enfrentar la presión laboral: "No podemos asumir los problemas de los pacientes como nuestros, pero sí debemos mantener empatía y concentración en la atención, separando el trabajo de la vida personal", ha explicado.
Pedro Iborra, coordinador de Psiquiatría en el Hospital de Día para Trastornos de la Personalidad del Centro Terapéutico Espiral de Alicante.
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En este contexto, el autocuidado y la formación en salud mental son esenciales para prevenir el agotamiento. Trillo ha propuesto que los médicos desarrollen habilidades de afrontamiento, participen en grupos de trabajo y sociedades científicas, y mantengan hábitos saludables: "
Ejercicio físico, buena alimentación, descanso y reducción del consumo de alcohol y tabaco". Además, ha reforzado la importancia del deporte, no solo por sus efectos sobre la depresión y la ansiedad, sino también por su componente social y de autoestima.
Abordaje clínico del burnout y la depresión asociada
Desde la perspectiva clínica, Gutiérrez Rojas ha destacado la eficacia de la psicoterapia, especialmente las
terapias cognitivo-conductuales, y la farmacoterapia individualizada: "La psicoterapia no consiste en decir cosas bonitas; es un proceso para corregir distorsiones cognitivas y promover cambios conductuales y de estilo de vida". También ha subrayado que la atención integral combina psicoterapia, medicación según síntomas específicos y cambios en estilos de vida, incluyendo actividades sociales, ejercicio y tiempo para la familia.
Como conclusión, Trillo ha añadido que la intervención temprana es clave: "Identificar los síntomas antes de que se cronifiquen permite actuar a tiempo y evitar que el agotamiento profesional se convierta en depresión o ansiedad graves". Ambos han insistido en que la prevención requiere
un enfoque sistémico y coordinado: mejora del ambiente laboral, reducción de la sobrecarga, fortalecimiento de la autonomía y promoción del bienestar integral del profesional.
Un momento durante la mesa 'Depresión, ansiedad y burnout en Atención Primaria'.
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