Lorenzo Arrabal Caro, Salvador Rueda Robles, Manuel Arrabal Caro, Juan Carlos López Montes y Juan Cabello Rodríguez.
El
sistema sanitario está cambiando. La evolución tecnológica avanza a un ritmo acelerado y, además, las necesidades de la población aumentan: la cronicidad y la pluripatología son cada vez más frecuentes. Por ello, la
eficacia y la eficiencia se vuelven más importantes que nunca. En este contexto, tal y como se ha explicado durante las tres jornadas del
42º Congreso de Ingeniería en el Sector de la Sanidad, el papel de la ingeniería y la técnica sanitaria es fundamental. Sin embargo, se trata de un sector en pleno auge y, por tanto, aún existe un gran desconocimiento sobre él. Con el objetivo de arrojar luz sobre esta cuestión, se ha celebrado la mesa de debate
Perspectivas Profesionales de la Ingeniería Sanitaria, moderada por el técnico de Función Administrativa
Manuel Arrabal.
La revolución tecnológica, nueva oportunidad para la industria
Por su parte,
Salvador Rueda, ingeniero jefe de Mantenimiento del Hospital Universitario Regional de Málaga, ha reivindicado el papel de la ingeniería como eje estructural del sistema. “Al final, esto es una gran industria con muchísimo equipamiento y muchas instalaciones vitales, como quirófanos y salas de intervención”, ha explicado. Además, ha subrayado cómo la revolución tecnológica ha multiplicado el alcance de su labor. “El desarrollo tecnológico va a abrir muchas puertas, porque permitirá que los pacientes estén menos días ingresados. Se trata de que las operaciones se realicen con una visión más amplia de la patología. Va a mejorar muchísimo la salud del paciente y también los
tiempos de respuesta”, ha añadido.
Salvador Rueda, ingeniero Jefe de Mantenimiento del Hospital Universitario Regional de Málaga.
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Ejemplos como el
robot Da Vinci dan prueba de esta transformación. "Nos permiten una intervención más precisa, menos invasiva, lo que también acorta los tiempos de ingreso hospitalario”, ha asegurado. Por último, Rueda ha lanzado un mensaje claro. “En salud hay muchísima Ingeniería, es lo que hace que funcione el hospital. La base del proyecto hospitalario pasa por nosotros, y esta profesión tiene muchas salidas y mucho futuro”.
En esta misma línea, el jefe de
Sección de Mantenimiento del Hospital Universitario Regional de Málaga, Juan Carlos López, ha explicado que el día a día de los técnicos de mantenimiento hospitalario combina la prevención con la resolución de averías. “En el taller eléctrico, por ejemplo, se inspeccionan grupos electrógenos, cuadros de baja tensión y centros de transformación antes de que lleguen los avisos de incidencias”, ha indicado. Estas pueden recibirse a través de programas de gestión como GMAO o Mansilla, por vía telefónica o mediante los cargos intermedios. Las averías son de lo más diverso: desde una lámpara fundida en un quirófano hasta un enchufe roto o un corte de tensión en un cuadro eléctrico. En paralelo, los técnicos de fontanería o mecánica afrontan retos similares: fugas de agua, falta de presión o fallos en la temperatura. Aunque la prioridad es el mantenimiento preventivo, cuando surge una urgencia, se actúa de inmediato para garantizar el funcionamiento continuo de todas las instalaciones.
Juan Carlos López, jefe de Sección de Mantenimiento del Hospital Universitario Regional de Málaga.
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El papel del técnico en el funcionamiento de un hospital
Lorenzo Arrabal, técnico de Función Administrativa en el Hospital Universitario Regional de Málaga, ha insistido en que en los hospitales se encuentran "estaciones muy críticas, por lo que la persona que gestiona ese equipo tiene que estar preparada para hacer frente a los posibles fallos”. Por ello, la
Ingeniería de la Salud se está desarrollando cada vez más, con áreas como la Informática Clínica, la Bioinformática o la
Robótica Médica como ejemplos destacados.
Lorenzo Arrabal, técnico de Función Administrativa del Hospital Universitario Regional de Málaga.
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“Los profesionales sanitarios, cuando necesitan utilizar un dispositivo, deben poder comunicarse con alguien que conozca su terminología”, ha subrayado Arrabal. En este contexto, el trabajo conjunto entre perfiles técnicos y clínicos es fundamental.
Juan Cabello, estudiante en prácticas de Formación Profesional de Grado Superior de Electromedicina Clínica, ha destacado la gran responsabilidad de los técnicos: garantizar que las máquinas que salvan vidas funcionen correctamente. “Cualquier error significa no prestar atención a un paciente o comprometer una intervención. La responsabilidad es máxima”, ha asegurado.
Juan Cabello, estudiante en prácticas del FP Superior de Electromedicina en el IES Ciuenca Minera.
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Para él, saber cómo reparar un equipo es tan importante como saber gestionarlo. “Hay que escuchar, explicar lo que pasa, empatizar y transmitir tranquilidad. Somos el nexo entre la
Ingeniería y la sanidad, y en el medio hay personas”, ha concluido.
Manuel Arrabal, técnico de Función Administrativa del Hospital Universitario Regional de Málaga.
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