Los índices de nuevos contagios siguen sin descender, algo que, una vez resuelta la alta mortalidad inicial, preocupa a los médicos



24 nov. 2015 13:04H
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Marta Fernández. Madrid
Los especialistas reunidos en la jornada sobre VIH organizada por Gilead han coincidido en su radiografía: hace falta más prevención y detección precoz. Estos son los dos pilares en los que se debería centrar la lucha contra la infección de esta enfermedad.

Y es que, según ha concretado Julia del Amo, investigadora titular en el centro de epidemiología del Instituto Carlos III, “si se hicieran las cosas bien, en 2030 se podría acabar con los nuevos casos de VIH”. Para del Amo, como para los demás especialistas reunidos este martes, “hacer las cosas bien” pasa por el diagnóstico precoz. “Si diagnosticamos el 90 por ciento de los casos y tratamos al 90 por ciento de ese 90 por ciento de diagnosticados conseguiremos parar el tren de las nuevas infecciones”.

Por su parte, Manuel Fernández Moreno, profesor titular de la Universidad Autónoma de Madrid, ha hecho referencia al número de nuevas infecciones en 2014: dos millones en todo el mundo, un dato “alarmante”. Moreno ha hecho un repaso por la historia de esta enfermedad desde que se descubrió el primer caso, en 1981, hasta nuestros días.

Aunque ha señalado que, efectivamente, la enfermedad ya ha entrado en una fase de “cronicidad”, “la prevención sigue siendo tremendamente importante”. Moreno ha señalado incluso un ejemplo de esta falta de campañas en la actualidad: “ahora vamos a un centro de salud y nadie ve un cartel informando sobre las pruebas del SIDA”.

Aunque los galenos son conscientes de que “va a seguir estando entre nosotros hasta bien entrado el siglo XXI”, sí quieren dejan algo claro: el número de infecciones nuevas disminuiría si se luchase en prevención.

En detección precoz, que no está funcionando ni dentro ni fuera de nuestras fronteras, es donde más han incidido los tres ponentes. Juan González, jefe de sección de Medicina Interna y Enfermedades Infecciosas del Hospital de La Paz ha recalcado el problema del “diagnóstico tardío”. “Si se implementaran más test preliminares habría más españoles que, ya teniéndolo, lo sabrían y podrían dejar de infectar a otras personas”, independientemente de las medidas de protección individuales que cada persona debería tomar, ha recalcado.

Manuel Fernández, Santiago Moreno, Julia del Amo y Juan González.

Involucrar a Atención Primaria

González también ha subrayado la labor que debería estar haciendo la Atención Primaria ya que, según ha explicado, la mayoría de personas a las que se les diagnostica la infección del VIH había pasado el año anterior por alguna consulta médica por otros problemas sanitarios. “Si en esas visitas al médico se hubiera sugerido un test del virus, esas personas podrían haber estado tratadas mucho antes, lo que conllevaría a un beneficio individual y poblacional”.

“Hay muchas infecciones nuevas”, ha recordado del Amo, aunque “no serían un problema si estuvieran diagnosticados”. “El problema sería ya el coste sanitario”, ha enfatizado.  “Hay que buscar una estrategia universal de diagnóstico precoz, con campañas de oferta de la prueba del VIH”, ha señalado por su parte González, coincidiendo así con sus colegas en que,  desde las administraciones “se deben implementar estos planes tanto de prevención como de detección”.
 
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