Oryzon acaba de hacer públicas sus cuentas del primer semestre de 2025 y encara la segunda mitad del citado año con una solidez financiera reforzada gracias a una ampliación de capital de 30 millones de euros y una ayuda europea prometida de 13,26 millones. Sin embargo, la biotecnológica continúa sin generar ingresos por licencias o productos, y el 73 % de su activo total está concentrado en proyectos en desarrollo que aún no han sido validados por el mercado ni por las autoridades regulatorias. Una situación por la que Redacción Médica ha trasladado una serie de cuestiones que, a cierre de esta edición y tras varios días de espera, Oryzon no ha respondido.
Analizando el primer semestre de Oryzon, el peso de su balance recae casi por completo sobre dos compuestos en fases avanzadas de ensayo clínico (vafidemstat y iadademstat) que concentran más del 90 % del valor intangible declarado. El futuro financiero de la empresa está así estrechamente ligado al éxito de estos programas, lo que aumenta su exposición ante cualquier contratiempo clínico o regulatorio.
Según las mencionadas cuentas del primer semestre, la compañía que dirige Carlos Buesa activó íntegramente 4,2 millones de euros en gastos de I+D, sin registrar amortizaciones ni deterioros sobre dichos desarrollos. Esta estrategia permite suavizar las pérdidas a corto plazo y mostrar un patrimonio más robusto, pero traslada al futuro el riesgo de que esos proyectos no lleguen a comercializarse o a obtener licencia. En tal caso, la compañía estaría obligada a reconocer un deterioro del activo que impactaría directamente en sus resultados, una situación especialmente delicada para Oryzon, que aún no cuenta con ingresos recurrentes para amortiguar ese posible golpe.
Dependencia de financiación externa
El patrimonio neto ha crecido un 31 % respecto a finales de 2024, pero este aumento se debe exclusivamente al capital captado de inversores, sin contribución alguna de resultados operativos. La mejora del balance, por tanto, refleja fortaleza financiera a corto plazo, pero no resuelve la dependencia de financiación externa para sostener el ritmo de investigación.
Por último, y de nuevo analizando los datos del primer semestre de 2025, el flujo de caja previsto para los próximos meses podría verse condicionado por el calendario de pago de la ayuda europea del programa IPCEI Med4Cure. Aunque anunciada como inminente para el segundo trimestre, a 30 de junio no constaba en la tesorería de la compañía, lo que podría añadir presión sobre la planificación financiera si su desembolso se retrasa.
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