Foto de familia de los miembros de EPFIA.
Stefan Oelrich, presidente de la División Farmacéutica de Bayer, ha empezado su etapa como presidente de la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (
EFPIA), junto con
Teresa Graham, CEO de Roche Pharmaceuticals; y Carlos Gallardo, presidente y CEO de Almirall, como primer y segundo vicepresidente.
Este jueves, el equipo de la
nueva presidencia de la EPFIA se reunió para abordar cómo el entorno geopolítico está cambiando el campo de juego de
las ciencias de la vida y cómo puede responder Europa.
La
posición estratégica histórica de Europa en la industria de las ciencias de la vida se encuentra bajo una "enorme presión" por los cambios geopolíticos y la intensa competencia de Estados Unidos y China. Los responsables políticos europeos se enfrentan a una difícil disyuntiva: permitir que la crisis de competitividad europea se agrave o aprovechar este punto de inflexión para restablecer el rumbo y
liderar el sector.
La EFPIA cree que, al elegir liderar, Europa puede traducir la excelencia científica de la región en
terapias de vanguardia, y esos avances terapéuticos en
mejor salud para los ciudadanos y
crecimiento económico, lo que a su vez puede
generar empleos, inversiones e ingresos para financiar servicios de salud pública y reinvertirse en la ciencia.
La
industria farmacéutica europea considera que, si se toman las medidas adecuadas ahora, se puede lograr lo siguiente:
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Poner a los europeos de nuevo a la vanguardia de la innovación y la atención al paciente.
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Brindar un acceso más rápido y equitativo a los medicamentos para todos los europeos.
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Revertir la pérdida de investigación de vanguardia hacia otras regiones y devolver los ensayos clínicos a Europa: se han perdido 60.000 plazas en la última década.
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Hacer que los sistemas de salud sean más sostenibles, reduciendo la carga de hospitalizaciones y enfermedades crónicas.
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Reducir la brecha de inversión con Estados Unidos y atraer los miles de millones de euros perdidos en investigación, desarrollo y fabricación y los empleos de alto valor que conllevan.
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Reconstruir el ecosistema dinámico y conectado de pequeñas empresas de biotecnología, hospitales universitarios y académicos, para atraer y retener al mejor talento.
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Garantizar que las herramientas para combatir la próxima amenaza mundial a la salud y nuestros desafíos de salud existentes se puedan descubrir, desarrollar y fabricar aquí en Europa.
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Sin una acción urgente y decisiva, Europa corre el riesgo de sufrir un éxodo continuo de empleos e inversiones y de seguir dependiendo de regiones como Estados Unidos y China para la innovación y el suministro de productos médicos futuros.
Europa necesita un "cambio radical de política" ahora:
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Aumentar significativamente el gasto en medicamentos innovadores, como inversión en la futura seguridad económica y sanitaria de Europa.
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Desarrollar un marco regulatorio líder a nivel mundial que favorezca la innovación.
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Elevar la protección de la propiedad intelectual a niveles observados en otras regiones pro-innovación, incluido Estados Unidos.
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Reactivar el ecosistema de las ciencias de la vida en Europa: armonizar las aprobaciones de ensayos clínicos en toda Europa, apoyar asociaciones público-privadas audaces y crear ecosistemas de financiación dinámicos para las pymes biotecnológicas y de ciencias de la vida europeas.
Stefan Oelrich, presidente de la EFPIA, afirmó: "Ha llegado el momento de restablecer a Europa como epicentro mundial de la innovación biofarmacéutica. Al impulsar los esfuerzos para atraer inversiones, acelerar el ritmo de la traducción científica a medicamentos y
agilizar el acceso de los pacientes a los tratamientos, podemos construir, y lo haremos, un ecosistema biofarmacéutico que prospere de forma sostenible para la salud y la seguridad económica de los europeos, hoy y mañana".
Teresa Graham, vicepresidenta primera de EFPIA, dijo, por su parte, que "la prosperidad futura de Europa depende de cómo invertimos en salud hoy. Apoyar la innovación sanitaria no se trata solo de
mantener la competitividad global, sino que es un motor estratégico para economías más fuertes y una sociedad más resiliente y preparada para el futuro".
Carlos Gallardo, vicepresidente segundo de EFPIA, manifiesta que "el avance de las ciencias de la vida es clave para encontrar nuevas soluciones a los retos de salud, y la industria farmacéutica traduce estas innovaciones en productos de alto impacto que ofrecen mejores resultados en materia de salud.
Este sector es un factor clave para el futuro de Europa, ofreciendo salud a nuestros ciudadanos acelerando el acceso a nuevos medicamentos y
contribuyendo a la prosperidad económica, la estabilidad y el liderazgo educativo. Es fundamental que los políticos y legisladores de Europa y sus Estados miembros actúen con rapidez y decisión ahora para garantizar la salud y la prosperidad de nuestros ciudadanos durante las próximas generaciones".
Otras regiones del mundo están avanzando rápidamente; Europa necesita actuar con decisión y rapidez para
atraer inversiones, acelerar la conversión de esas inversiones en nuevos tratamientos y garantizar que los
pacientes de toda la UE tengan acceso a ellos.
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