La industria goza de buena salud económica por un conjunto de factores, incluido el envejecimiento

Un experto detalla las cuatro posibles inversiones para que la industria farmacéutica mantenga una estabilidad financiera a medio y largo plazo.


10 feb. 2024 14:10H
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La industria farmacéutica está atravesando un momento dulce. La situación que está viviendo es "buena" con estabilidad en los ingresos, debido a la confluencia de varios factores. Para continuar en esta línea, la inversión de este tipo de compañías tiene que mirar a cuatro puntos: la inteligencia artificial (IA), el potencial de la biotecnología, la compra de otras empresas que proporcionen servicios de los que se carece y el refuerzo de la colaboración con universidades y centros de investigación.

Así lo sostiene Prosper Lamothe, catedrático de Economía Financiera de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). "Creo que la inteligencia artificial va a ser muy importante", resume. Para ahondar en este argumento se centra en las consecuencias de esta herramienta en el diagnóstico de las patologías: "Puede mejorar notablemente la eficiencia y reducir costes al sistema".

Además, también otorga una gran relevancia a la biotecnología, y a los avances conseguidos en el diseño de fármacos y de tratamientos. "Algo que ya están haciendo las farmacéuticas, y que tendrán que continuar, es tomar más presencia y hacer más inversiones en toda la rama de la biotecnología", defiende.

Comprar otras compañías del sector es una acción que puede resultar interesante, siempre que se opte por adquirir aquellas que se dediquen a proporcionar un producto o servicio diferente. "Se requiere de unos tamaños mínimos para poder competir con éxito; entonces, aquellas que son muy pequeñitas y que están en un nicho pueden tener problemas en un momento determinado", afirma.

"Tiene sentido que los grandes grupos farmacéuticos estén constantemente investigando qué pequeñas compañías biotecnológicas están haciendo cosas interesantes e incorporarlas en su grupo", añade. Pero esta cuestión tiene ciertos matices: es fundamental que dejen seguir trabajando a estas empresas con cierta independencia porque, tal y como sostiene, los expertos apuntan a que la investigación funciona mejor en unidades pequeñas en muchas ocasiones.

Por último, es importante que el sector colabore con los centros de investigación y las universidades porque "ahí es donde se crean los nuevos tratamientos y los productos". Tal y como recuerda Lamothe, la industria tiene contratos con centros privados y públicos de investigación médica para que los investigadores tengan donde desarrollar sus ideas de tratamiento de enfermedades o de mejora de la salud y, a cambio, estas empresas tendrán prioridad o ventaja para ser las primeras en desarrollarlos comercialmente.


El sector farmacéutico vive un buen momento


Actualmente, la industria farmacéutica goza de buena salud. Esto se debe a ciertas circunstancias que crean un entorno favorable. En primer, tal y como defiende el experto, hay que tener en cuenta que cada se gasta más en el cuidado de la salud, una cuestión "muy positiva" y que hace que se cuenta con una perspectiva de ingresos "muy razonable".

A este aspecto hay que añadir el envejecimiento de la población en los países desarrollados: "Que vivamos más años significa que cada vez se consumen más medicamentos per cápita porque no es lo mismo el uso de los fármacos en una población envejecida que en una joven", comenta.

En todo esta situación se torna necesario mencionar la repercusión que el coronavirus ha tenido en la industria. Tal y como sostiene, la pandemia fue, en parte, "positiva" para las compañías que se dedican a lo conocido como Health Care (donde se incluyen las farmacéuticas y la fabricación de tecnología sanitaria, entre otras cuestiones). "Es un hecho que el covid supuso un aumento brutal de sus ventas. Además, todos los agentes económicos han dedicado un mayor presupuesto al cuidado de la salud a raíz de su llegada", ahonda.

Por otra parte, ha tenido consecuencias también en la necesidad de enfocarse en la prevención y no solo en el tratamiento de las enfermedades. Un ejemplo serían las vacunas de la gripe: antes era una cuestión más olvidada y ahora se ha visto como se incentiva mucho más a su uso. "Además, creo que los gobiernos han asumido que tienen que dedicar un porcentaje mayor del presupuesto a la sanidad", concluye.
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