Los MIR en sus jornadas de formación iniciales.
Días de nervios, conocer caras nuevas y recibir muchísima información. Para cualquier persona
incorporarse a un trabajo nuevo supone un reto, cuando además se trata de llegar a la que va a ser tu casa durante los próximos cinco años, todo se multiplica. Es el caso de los
MIR de primer año que durante esta semana van incorporándose a la especialidad que eligieron durante la
reciente adjudicación.
Redacción Médica acude al
Hospital Gregorio Marañón, lugar de referencia para
los mejores MIR, para conocer de primera mano las sensaciones de estos nuevos residentes y sus responsables docentes en sus
primeros días de andadura como especialistas en
Medicina.
Una semana intensa
“Es una semana de mucho ajetreo. Ya el viernes se incorporaron los
166 residentes de golpe, distribuidos en 44 unidades docentes. Eso genera mucho trabajo porque el primer día hay que presentarles a todo el equipo, enseñarles cómo funciona la plataforma informática, que conozcan el hospital, hay que entregarles sus itinerarios formativos, es muchísimo trabajo”, explica
Javier de Miguel, jefe de estudios del hospital y responsable de la acogida a los nuevos
MIR.
La
carga de información recibida es perceptible en estos jóvenes médicos que llegan al hospital por primera vez, “empezamos el viernes y lo primero fue encontrarse y saber dónde está todo, por dónde te tienes que mover. Y ahora empezará un poco el rodaje de saber que tienes que hacer en
las primeras rotaciones y aprender”, relata
Elvira Trelles, quien se incorpora como residente en
Radiodiagnóstico tras conseguir el número de orden 847 en la adjudicación pasada.
Para ella, el Gregorio Marañón fue su primera opción, “cuando vine fui a la jornada de puertas abiertas. Me gustó mucho el ambiente y luego
es un hospital muy puntero que tiene prácticamente todo y encima en mi especialidad, porque en rayos necesitas mucha innovación, y creo que el Gregorio lo tiene”, comenta Elvira.
“
Muy confuso y mucho caos, porque al final es un hospital muy grande y nuestro servicio justo está muy distribuido, pero muy acompañados y siempre están todos muy pendientes y con ganas de que nos incorporemos y ya seamos parte del servicio”, cuenta
Ione sobre estos días. Ella empieza su especialidad en
Rehabilitación tras obtener el número de orden 3.443.
“Elegí el Gregorio porque me parece que tiene un
servicio muy completo que incluye muchas especialidades, incluso gente externa que decide venir a rotar al hospital, eso me gustó”, explica esta médica vasca.
A
Miguel Ángel García, R1 de Radiodiagnóstico, lo que le hizo decidirse por este hospital fue su grandeza y el hecho de que “presta todo tipo de servicios y a nivel tecnológico también para rayos es muy importante”, coincide con su compañera. Para él está siendo muy bonito ver como
los residentes mayores les acogen con mucho cariño y tienen ganas de enseñarles, explicarles cosas, decirles dónde está todo, “la verdad que se agradece”, comenta.
Días de formación
“Iniciamos con un
curso de conocimiento del hospital. En ese curso se tratan temas de bioética, humanización, responsabilidad social corporativa, igualdad, violencia, trabajo social, comunicación. Es decir, es un curso transversal donde pretendemos que no adquieran los conocimientos de su especialidad, eso ya tendrán tiempo, sino
que conozcan el hospital y conozcan las estructuras que hay en él y cómo acceder a ellas”, explica Javier De Miguel sobre la rutina de estos primeros días.
La siguiente tarea será ya incorporarse a las
guardias y a continuación, ya en sus unidades docentes, sus tutores tendrán un programa formativo que está individualizado ya para cada uno y les indicarán por qué unidad tienen que pasar, cuánto tiempo y cómo va a ser la supervisión con lo que en una semana estos nuevos residentes empezarán ya a incorporarse a sus respectivas especialidades.
“Por ahora la especialidad la hemos tocado poco, esperemos que en estos días veamos más a fondo. Me he dado cuenta de que hay que estudiar mucho, pero tengo muchas ganas”, explica Elvira.
Para Ione estos días se afrontan
“con nervios siempre por primeras veces, pero sí, ya pronto nos incorporaremos. Ahora, cuando acabemos estos cursos, por lo menos durante un mes, porque nosotros, al contrario que los de radiodiagnóstico, al principio rotamos en otros servicios antes de pasar por el nuestro”, comenta.
“Me veo, no diría que preparado, porque creo que sería un poco arrogante decirlo. Creo que al final todos empezamos con una formación en Medicina muy general y obviamente tengo las bases, pero hay que estudiar un montón y formarse”, puntualiza Miguel Ángel.
Pleno de residentes
"No ha habido ninguna renuncia. Sí que es verdad que dos residentes por problemas con el visado son extracomunitarios y no se han podido incorporar todavía y han pedido una prórroga de un mes.
Pero probablemente las próximas semanas les tendremos aquí ya todos con nosotros”, cuenta De Miguel, quien celebra el pleno conseguido por su hospital.
El jefe de estudios lo achaca a la gran trayectoria docente del centro, “este es un hospital con una gran trayectoria docente, donde el compromiso con la docencia es clave. De la dirección, hasta las unidades docentes, los 169 tutores, que son los que van a dirigir la formación de estos residentes y lo tenemos todo muy estructurado”.
Además, De Miguel explica que la gran potencia a nivel tecnológico del centro, lo que ofrece muchas posibilidades para todas las especialidades, genera un
“gran atractivo” para los residentes.
Poco a poco, estos jóvenes médicos, como miles de compañeros suyos en todo el país, irán adquiriendo las habilidades y conocimientos que harán de ellos profesionales completamente especializados que en el futuro conformarán la espina dorsal del Sistema Nacional de Salud.
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