Pablo Martínez, Pedro Fernández y Hugo Pereira, tres MIR que eligieron Castilla y León para especializarse.
A Pablo Martínez, Pedro Fernández y Hugo Pereira les une
la elección del centro hospitalario en el que se formarán como médicos especialistas. El primero de ellos lo hará en Anestesiología y Reanimación, el segundo ha elegido Otorrinolaringología y el tercero, Endocrinología y Nutrición; todos en el
Hospital Clínico Universitario de Valladolid, en Castilla y León, del que destacan el
buen ambiente formativo y la exigencia en el día a día de los residentes.
Pablo lo tenía claro, sabía que quería especializarse en su propia ciudad. "Aparte de tener el domicilio en Valladolid, he hecho mis rotaciones en el Hospital Clínico. Era consciente del
nivel técnico y de calidad asistencial que ofrece porque la gente no lo suele tener en mente", dice en conversación con
Redacción Médica.
Hace apenas unos días eligió plaza para formarse como anestesiólogo, una decisión que le viene de familia. "Mi padre es anestesista y con visión de futuro laboral, creo que es una
especialidad que va a ir hacia arriba", considera Pablo, por eso, cuando tuvo que decidir qué hospital elegir, su principal opción fue el Clínico de Valladolid. "Está muy por la labor porque es un hospital universitario. La
formación es muy exigente y muy buena porque deja participar bastante a los residentes, siempre bajo supervisión, estás muy controlado", señala, valorando la posibilidad que tienen los
MIR de "echar una mano desde pronto".
Esos fueron algunos de los factores que Pablo analizó al momento de decidir en qué centro seguiría su especialización. "Yo quería
un centro que me formara bien, obviamente influyó el factor casa y que como ciudad me encanta Valladolid, pero es que a mayores, el nivel de calidad del Clínico en el Servicio de Anestesia
es muy alto", insiste.
La elección de un hospital de referencia
El caso de Pedro es bastante similar aunque
su elección la hizo desde Santiago de Compostela, su ciudad natal. "Yo buscaba una ciudad que fuese grande, con buen ambiente, que me aportase una calidad de vida superior como Valladolid, Salamanca y otras similares", resalta a este periódico.
Su enfoque para elegir el centro hospitalario se basó en buscar "uno grande,
de referencia para varias especialidades y que fuese universitario". "En ese contexto, no me importó desplazarme de Galicia para tener
una buena formación", afirma, ya que su prioridad estaba centrada en formarse como otorrinolaringólogo en un lugar con "más investigación, más servicios docentes y especialidades médico quirúrgicas".
Antes de elegir el
Clínico de Valladolid no había estado en esta ciudad a la que llegó hace poco de visita para buscar una vivienda. Entre sus opciones también contempló ciudades como Bilbao, San Sebastián, A Coruña y Salamanca, sin embargo, hubo un factor determinante que le llevó a Valladolid: el
buen entorno que hay en el Servicio de
Otorrinolaringología.
"Lo que más peso tuvo al final fue el ambiente que hay en el Servicio, ya que en otros es común que
haya rivalidades entre médicos adjuntos, que no se libren las guardias o que no te dejen operar hasta dentro de mucho años", subraya. En ese sentido, primó la percepción positiva que le dieron del ambiente de formación por ser el lugar donde pasará los próximos cuatro años. "El hecho de que me dijeran que hay
tan buen ambiente en este hospital hizo que me inclinase hacia allí", enfatiza Pedro. No quedó de lado la
oferta cultural y de ocio que le ofrece Valladolid, con distancias cortas que le permiten ir andando al trabajo y la buena conexión con Madrid, de cara a formaciones en congresos o cursos.
Conexiones para volver a casa y formaciones médicas
Es precisamente este punto el que comparte Hugo Pereira, de Vigo, quien también se formará en el Clínico de Valladolid, aunque en
Endocrinología y Nutrición. "Me pareció un lugar con un
buen ambiente de trabajo. Que fuese una ciudad con buena comunicación con mi lugar de origen fue otro punto que tuve en cuenta", cuenta en diálogo con este diario.
Así, aspectos como la calidad de la formación, estar en un hospital que le garantice "una variedad de patologías", que le diera la posibilidad de interesarse por el
ámbito de la investigación y poder hacer rotaciones externas pasaron por su lista de requerimientos al momento de tomar una decisión; contemplando también "un buen clima entre residentes y adjuntos". "Cuando visité el hospital y hablé con algunos de ellos
tuve muy buenas sensaciones. Me pareció un lugar con un buen ambiente de trabajo", destaca.
Hugo está listo para afrontar este nuevo periodo con "muchas ganas e ilusión" y para poner en práctica todo lo aprendido, pero, sobre todo, para "seguir aprendiendo" cosas nuevas, tanto de sus compañeros como de los pacientes a los que atenderá. "Me gustaría
conseguir una formación sólida en mi especialidad al mismo tiempo que disfruto de la vida fuera del hospital. Estoy seguro de que serán
cuatro años intensos en lo profesional y en lo personal", subraya.
Adjudicación de plazas en Castilla y León
Y es que, hasta el momento, Castilla y León ya tiene más del
77 por ciento de las plazas MIR cubiertas en todas las especialidades, según informó el último lunes el consejero de Sanidad de la Junta, Alejandro Vázquez, pese a que prefirió no hacer una
valoración del proceso hasta que llegue a su fin.
Sobre la especialidad de
Medicina Familiar y Comunitaria, Vázquez enfatizó que cuesta cubrirla y no es "ni mucho menos de las primeras especialidades en agotarse"; sin embargo, también destacó que esto
sucede cada año por lo que representa un "reto" que se debe abordar.
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