El estudio prematuro ayuda a afianzar conocimientos y a organizarse mejor ante los futuros meses de estrés

Preparar el MIR en sexto de Medicina puede ser clave para conseguir plaza
Estudiante de Medicina preparando el MIR.


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El MIR aparece en la mente de los estudiantes de Medicina desde el momento en el que ingresan en la facultad. No obstante, a medida que pasan los cursos, el proceso de especialización en el Sistema Nacional de Salud (SNS) gana espacio. De esta forma, este se convierte en omnipresente durante el último año de carrera. Y es que después de sexto, en la mayoría de casos, vienen meses de estudio para conseguir la ansiada plaza de Formación Sanitaria Especializada (FSE). Sin embargo, los compases finales del grado pueden servir para hacer algo más que hablar sobre este trance y el estrés que genera: comenzar a estudiar.

El facultativo de Medicina Interna y experto en el MIR, José Curbelo, ha señalado que el último curso es el momento ideal para empezar a preparar el MIR. Eso sí, sin descuidar el grado, ya que el estudiante no se podrá presentar al examen sin aprobar sexto. 

El internista también ha indicado que arrancar el camino hacia la especialidad en el año final antes de la graduación debe tomarse con calma. Bajo su prisma, ponerse a "estudiar como un loco" no tiene sentido, al afectar al rendimiento del alumno respecto al grado. Pero, introducirse poco a poco en una dinámica preparatoria puede dar una cierta ventaja sobre el resto de candidatos. "En junio se pondrá todo el mundo con las mismas ganas y el mismo tiempo. Entonces, marcar la diferencia será mucho más complicado", ha revelado Curbelo.


Dedicación parcial al MIR


Embarcarse en el trayecto a la residencia antes de concluir el grado requiere de equilibrio. "No se trata de estudiar más que nadie o hacer más horas", ha puntualizado el especialista en Medicina Interna. Y es que el MIR no debe consumir un exceso de horas a la dedicación a la carrera ni tampoco al tiempo libre y de ocio con el que cuenta el alumno. Simplemente se trata de comenzar.

El objetivo final es alargar el proceso formativo varios meses más. Agregar meses al proceso de preparación ayudará a "asimilar la información más despacio", lo que generará un depósito en la memoria más a largo plazo. Precisamente, este conocimiento perdurará con mayor facilidad en pro de la resolución de la prueba y las futuras labores profesionales. "Es bueno echar una mirada atrás y recuperar bagaje antes de ejercer", ha resaltado el facultativo.


"Es bueno echar una mirada atrás y recuperar bagaje antes de ejercer"



A su vez, el futuro residente puede aprovechar el tiempo para completar el temario de determinadas asignaturas, especialmente cuando se trata de materias que le costaron. Así, el aspirante puede volver a revisarla con más calma, sensación que desaparecerá a partir de junio y tenga que seguir un calendario de estudio más estricto.

Además, Curbelo ha destacado que se puede aprovechar el propio año universitario para preparar parte del temario. "Es buena aprovechar las sinergias de sexto. Se verán patologías o tratamientos que luego salen en el examen", ha indicado. Así, incidir en estas durante la carrera ayudará a restar temario en un futuro.


Acostumbrarse a la disciplina MIR


Un inicio temprano no solo favorecerá al alumno a nivel de conocimientos, sino también a la hora de aprender a estructurar su rutina de los próximos meses. Marcar un horario desde un principio hará que luego no sea tan duro seguirlo durante la preparación tras el grado.

Y es que pasar de la relativa libertad al yugo de la rutina MIR no es fácil. "Yo hice una preparación durante los meses antes de acabar la carrera, por lo que luego no se me hizo un calvario", ha rememorado Curbelo.


Al final, el MIR es una carrera de fondo. Más vale empezar a trotar que arrancar en sprint. El cansancio siempre llega antes. "Hay que comérselo poquito a poquito", ha sentenciado el internista.
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