Los estudiantes consideran que el ranking de Shanghái valora muchos aspectos que no son prácticos para clasificar la calidad de los estudios



21 ago. 2015 13:42H
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José A. Puglisi. Madrid
A los estudiantes de Medicina no les preocupan los resultados del ranking de Shanghái. A pesar de ser considerado uno de los más importantes del mundo, consideran que “en él se evalúan varios ítems que carecen de un impacto directo en la calidad de los estudios que se ofertan, por lo que resulta poco práctico ponderar, por ejemplo, si una universidad cuenta o no con un Nobel en su institución”, apunta el vicepresidente del CEEM, Domingo Antonio Sánchez.

Domingo Sánchez.

Sin embargo, son conscientes de la importancia de estas calificaciones para promover “una mayor competitividad entre las facultades de Medicina”. En este sentido, admite que aún hay aspectos a mejorar, como que desde la Administración se aumenten los esfuerzos y los recursos en el ámbito de la investigación clínica, especialmente en la segunda etapa del grado. “Es común encontrar estos esfuerzos en el área preclínica, pero deberían extenderse al resto para aumentar la competitividad internacional y favorecer a la educación de todos los estudiantes de Medicina”, recalca Sánchez.

El vicepresidente del CEEM recalca la importancia de una participación activa por parte de todos los miembros de la universidad. En este sentido, ha puntualizado en la necesidad de impulsar un rol más activo por parte del profesorado y de los propios estudiantes, quienes deberán ser cooperantes en la búsqueda del modelo académico idóneo para ellos y para la sociedad. “La universidad deberá dotar a los alumnos de todas las herramientas que sean útiles para su formación, pero para hacerlo requerirá de un modelo más flexible”, agrega.

En este sentido, Sánchez apuesta por una universidad capaz de adaptarse con rapidez no solo a las nuevas tecnologías e innovaciones propias de la profesión, sino también a todas las necesidades que se produzcan en la sociedad, ya que “la universidad es una herramienta de la sociedad para educar a sus futuros profesionales”, indica. A pesar de los aspectos que se pueden mejorar, el vicepresidente del CEEM insiste en que “estar presentes en estos rankings no siempre es un equivalente formar parte o no de los mejores o que sea el lugar idóneo para estudiar”.

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