Residentes de primer año realizan un repaso a su experiencia en el primer mes como médicos en formación

Una MIR mira un informe, sobre el debut MIR
Una MIR mira un informe.


SE LEE EN 5 minutos
El tiempo pasa volando y así lo deben sentir los miles de Médicos Internos Residentes (MIR) que, si hace nada estaban recogiendo su asignación de especialidad y hospital, durante este fin de semana están cumpliendo ya un mes desde que empezara su andadura como R1.

Un primer mes que para la inmensa mayoría de ellos supone un reto múltiple; son noveles en cuanto a experiencia laboral, sus primeras guardias, un salario que no siempre compensa y el reto psicológico de enfrentar la enfermedad y la muerte de pacientes, algo para que no todos están preparados para afrontar a las primeras de cambio, pero que en muchos casos deben asumir como parte de su trabajo.

Primer mes como MIR: "No sabía que fuera tan desgastante"


Una residente de primer año en Oncología Médica que prefiere mantener el anonimato, hace referencia a la inmensa cantidad de horas que ha tenido que trabajar durante estos primeros treinta días. Según su testimonio, hasta ahora ha tenido la sensación de no ser ni estudiantes ni trabajadores, “cuando necesitan que seamos estudiantes, somos estudiantes y cuando necesitan que seamos trabajadores, somos trabajadores”, resume.

“Que tuviéramos que trabajar tantas horas sí lo había escuchado, pero no sabía que fuera tan desgastante, porque básicamente son como 230 horas al mes lo que nos toca trabajar y es demasiado, no pensé que fuera así”, explica resignada.

Ella ve un problema en cómo está planteado el descanso entre guardias: “Hace una semana tuve guardia el domingo y tuve la posguardia que se supone que es el lunes y el martes tuve que volver a trabajar”, relata.

Según comenta este ritmo la dejó destruida: “Toda la semana me quedé con la carga de ese cansancio de 24 horas porque fueron 24 horas sin parar. Fue demasiado tarde y luego el martes tiene uno que llegar a las ocho de la mañana, se va a las tres de la tarde, llegas a casa a estudiar, a leer algo porque básicamente nadie le enseña a uno”, protesta.

Eugenia Orozco, R1 de Oncología Médica


Las guardias y el sueño durante el MIR: “Me parece inhumano”


Para Eugenia Orozco, residente de primer año en Oncología Médica en el Hospital Fundación Jiménez Díaz, lo peor sin duda han sido las guardias en vela: “Me parece inhumano y absolutamente mortal y no sabía yo que eso iba a ser así. No entiendo cómo nos pueden hacer eso, estar 24 horas seguidas trabajando”.

Eugenia cuenta cómo fue su primera guardia, en la que no pudo descansar ni una hora. Pese a que normalmente se establecen turnos, en su argot esto se conoce como “partir la guardia”, para que unos médicos puedan ir a descansar mientras los otros siguen alerta en las horas de menor actividad asistencia, sin embargo para ella esto no fue posible.

“No dormí ni una hora y es que te destroza. Además los médicos son los primeros en decirlo y parece que no se enteran; el sueño no se recupera. Las horas de sueño que yo no duermo, aunque duerma al día siguiente, mis neuronas ya se han dañado, le haces mucho daño a la cabeza y es una máquina de envejecer. Me parece horroroso”, sentencia.

Según ella la mayoría acepta la situación porque lo ve recompensado económicamente: “Como cobramos muy poco, pues prefieren ir a las guardias y ganar más, pero para mí eso no vale la pena por 200 euros”, remarca.

Salvadas por los adjuntos


Ambas residentes están al menos muy contentas con los adjuntos que les han tocado en sus respectivos hospitales. “Son muy majos, son demasiado buena gente”, comenta la residente anónima que, no obstante, muestra su desacuerdo con el programa formativo, aunque no lo atribuye en absoluto a sus responsables sino al sistema.

“No lo veo como como un programa establecido que sea realmente educativo e insisto: somos estudiantes para unas cosas como en el sueldo, pero para responsabilizarnos por cosas, por hacer 1000 horas al mes, aunque la ley diga que son 140 horas establecidas de trabajo al mes, para eso trabajadores. Nosotros estamos haciendo casi 100 horas más de trabajo al mes. Y eso que ni siquiera va a contar en la pensión”, se lamenta.

Por su parte, Eugenia comenta que ha tenido mucha suerte: Me ha tocado con una adjunta super simpática en estos meses y estoy aprendiendo un montón con ella, se lo agradezco mucho”, agradece

Esta R1 ya ha tenido que enfrentarse en solitario a la muerte de alguno de sus pacientes, algo para lo que personalmente se encontraba preparada por su vocación de trabajar en cuidados paliativos, y pese a que ella misma insiste en que “no lo necesitaba”, afrontó esta situación en solitario sin que nadie le ofreciese apoyo o asistencia de algún tipo.

Aunque en el caso de esta joven médica no fuese preciso, cabe preguntarse si no debería haber algún protocolo para estas primeras situaciones que los médicos en formación han de abordar, teniendo en cuenta que según la especialidad que cursen, es una realidad que van a tener muy presente en el resto de sus carreras profesionales.
REGÍSTRATE GRATIS
PARA SEGUIR LEYENDO
¿Ya eres premium? Inicia sesión
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.