Profesionales de Salud Mental explican varias estrategias para prevenir estos casos en los colectivos sanitarios

Consulta específica y formación desde el Grado contra los suicidios MIR
Ana González-Pinto, Susana Al-Halabí, Domingo Antonio Sánchez y Ángel Banegas.


10 ago. 2021 19:40H
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POR ADRIÁN MATEOS | MARÍA GARCÍA
El pasado mes de julio se dio a conocer el suicidio de un MIR de segundo año de residencia en un hospital español de la red de sanidad pública. "Ahora que está tan en boga la salud mental, algo estamos haciendo muy mal cuando en un plazo de 6 meses se suicidan dos residentes de anestesia en nuestro país", escribía un compañero. Médicos jóvenes, estudiantes de Medicina y expertos en salud mental señalan a Redacción Médica una serie de medidas a adoptar para prevenir las conductas suicidas entre los residentes. 

El suicidio es, a día de hoy, la principal causa de muerte no natural en España según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y el colectivo médico es uno de los grupos de riesgo. Son personas que trabajan en el mundo sanitario y que se enfrentan cada día a la enfermedad, como señala Ana González-Pinto, presidenta de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental. En el caso de los MIR, lo hacen al poco de terminar la carrera. No siempre es fácil, por lo que "falta un plan de prevención de suicidio para ellos". 

Pero, a falta de esa estrategia, González-Pinto considera que se podrían utilizar otras herramientas institucionales. "Cuando empezamos a trabajar Salud Laboral para hacernos una entrevista. Sería importante aprovecharla para hacer screening de enfermedad depresiva. Y dentro de la tutuorización podríamos ocuparnos no solo de hablar de la formación con los MIR, sino de esos aspectos de la salud: si tienen algún problema, si se encuentran bien o mal...", explica.  

En el caso de que el MIR reconozca que tiene ideas de suicidio, es que "es ya una situación extrema". "Significa que se lo ha callado durante mucho tiempo. Tienen esa tendencia a ocultarlo, a considerar que están para cuidar y no para que les cuiden", señala la psiquiatra. Por eso es fundamental en su opinión protocolizar la detección precoz de la enfermedad depresiva. 

El Colegio de Médicos Americano editó una guía sobre cómo abordar los suicidios conindicaciones para prevenirlos. En ella consideran que los suicidios en este colectivo tienen menor relación con problemas de la vida y más con problemas profesionales. E indican que los medicos no solo deben cuidar a otros sino también a sí mismos, por lo que enfatizan en la idea de ayudarse entre ellos. Para González-Pinto, un modelo de prevención a imitar en España sería el de la Clínica Mayo en Estados Unidos

Un tabú dentro de la profesión 


Y aunque los problemas psicológicos que el oficio acarrea para médicos y estudiantes ya no son invisibles para el ojo público,  no por ello el tema ha dejado de ser “tabú” dentro de la profesión. Así lo considera la psicóloga Susana Al-Halabí, profesora de la Universidad de Oviedo, quien incide, de hecho, en que el problema no ha menguado en los últimos años. Por el contrario, cuatro de cada diez alumnos padecen a día de hoy signos de depresión, y nada menos que el 11 por ciento presenta “ideación suicida en grados variables”, según el estudio DABE elaborado por el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) y la Sociedad Española de Educación Médica (Sedem). 

"Si por algo se caracteriza la prevención del suicidios es por el apoyo, la posibilidad de pedir ayuda y la sensación de pertenencia"



La propia Al-Halabí atribuye esta mayor prevalencia de los problemas de salud mental al “ambiente psicosocial” en el que se mueven estudiantes y profesionales, el cual “supone un factor de riesgo para las conductas suicidas, tal y como se ha señalado en una revisión sistemática recientemente publicada”. En declaraciones a Redacción Médica, la psicóloga apunta a que entre los profesionales de la Medicina a menudo priman las “actitudes individuales”, algo que merma la “cohesión y el apoyo social”.

“Y si por algo se caracteriza la prevención del suicidio es justo por lo contrario: el apoyo, la posibilidad de pedir ayuda, la sensación de pertenencia”, recalca Al-Halabí, quien añade que el problema requiere un abordaje “estructural” del mismo. Indica, en este sentido, que no solo se hace necesario “restringir el acceso de los médicos a medios potencialmente letales”, sino también dotar a los profesionales de una “formación específica” acerca de este tipo de conductas.

Acabar con la "estigmatización"


Subraya la psicóloga que “es necesario saber que, ante una situación compleja y difícil, cualquier persona puede tener pensamientos de suicidio independientemente de su estatus” y acabar con la “estigmatización” de aquellos que tienen este tipo de conductas, aclara la profesora de la universidad ovetense. Bajo su punto de vista, este proceso debería ser “transversal y curricular”, de forma que se inicie en los mismos estudios de grado mediante la “inclusión específica” de este tipo de contenidos y continúe a lo largo del MIR. También ve con buenos ojos abordarlo mediante servicios especializados de prevención de riesgos laborales en los centros de salud. 

De hecho, algunos países han puesto ya en marcha programas destinados a aumentar la concienciación y el entrenamiento de los médicos en la identificación de los problemas de salud mental, como la iniciativa “Steps forward” de Estados Unidos, cuyo objetivo es aprender las señales de alarma de la conducta suicida y conocer los recursos disponibles para prevenir el suicido, o el “Interactive Screening Program” (ISP) que se lleva a cabo de forma online para garantizar la confidencialidad de las personas y alentarlas a pedir ayuda.

A su parecer, también la gerencia de los propios hospitales debe tener un papel activo en el procedimiento: “En línea con las recomendaciones publicadas por el American College of Physicians Policy Paper, debe haber un cambio institucional, y los equipos directivos tienen que empezar a trabajar en esa sensación de comunidad y de cuidados mutuos, ofreciendo formación a los jóvenes y a los trabajadores para derribar los mitos sobre el suicidio y aprender cómo pedir ayuda cuando se necesite”, subraya Al-Halabí, quien reitera finalmente la necesidad de establecer Plan Nacional de Prevención del Suicidio que contemple “las medidas educativas y estructurales señaladas por la literatura científica como recursos eficaces de prevención, tanto para la población general como para el colectivo médico”.

"No somos números"


La realidad es que el problema continúa latente en el seno de la profesión. Domingo Antonio Sánchez, responsable de Médicos Jóvenes del Cgcom, lo vivió de cerca: “Un compañero intentó suicidarse. Es muy frustrante, te hace replantearte hasta qué punto tenías que haberlo sabido”, explica. Una “sensación de haber fallado”, añade, que se ve “potenciada por un ambiente en el que realmente las exigencias son muy altas”.

“El ejercicio de la Medicina lleva implícito una serie de exigencias, de necesidades que se plantean y que están afectadas por los tiempos, las cargas de trabajo, una primera toma de contacto con ese mundo cuya tutorización es cada día menor…”, continúa Sánchez,  quien incide la necesidad de entender que “los profesionales sanitarios no son superhéroes”, sino “personas con sus problemas y vivencias personales muy potentes”

"A veces se olvidan de cómo se encuentra el estudiantado, su situación, si está quemado... Parece que somos números"



El propio Sánchez indica que la solución al problema pasa, principalmente, por regular mejor las jornadas laborales y los descansos. “No podemos entender que un profesional sanitario haga 60 horas de trabajo porque parte de él depende de las guardias, que son obligatorias”, destaca el dirigente del Cgcom, que añade, además, que también los médicos deben ser “capaces de cuidarse a sí mismos” y de ser conscientes de que “es normal que se sientan agobiados por las responsabilidades”.

Una posición que comparte Ángel Banegas, presidente de CEEM, quien también conoce de primera mano “la carga de trabajo y la importancia que se le da a ciertos aspectos de la carrera”. “A veces se olvidan de cómo se encuentra el estudiantado, su situación, si está quemado… parece que somos números, y nadie es un número”, concluye.

“Como estudiantes no tenemos las llaves para decir cómo acaba, pero sí tenemos estos datos para ir a quien corresponda, a colegios de médicos y decanatos y decir que no es solo un problema de residencia u hospital, es un problema de base que ya está en las facultades. Tenemos que cambiar a partir de ahí”, concluye.
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