Dos médicas que han vuelto a presentarse al examen cuentan su experiencia de 'repetir' para alcanzar la plaza soñada

Emely y Lucía, médica que decidieron repetir el MIR para poder optar a su especialidad soñada.
Emely y Lucía, médica que decidieron repetir el MIR para poder optar a su especialidad soñada.


11 abr. 2024 7:00H
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Tras muchos años de estudio, la 'hora de la verdad' llega cuando, tras haber aprobado el examen MIR, toca elegir plaza. Pero, ¿qué pasa cuando la nota da para poder tener plaza, pero no en la especialidad que se tenía pensado? Si bien mucha gente 'redirige' su carrera y opta por una opción distinta a la esperada, hay otros que se arman de valor y deciden repetir la prueba con el fin de mejorar su nota y poder alcanzar la plaza soñada.

Fue el caso de Lucía, que tras pasar un último año de carrera complicado por problemas de salud mental, y aun así decidirse a preparar el examen, el día de la prueba "se quedó en blanco". "En cuanto salí sabía que lo había hecho fatal, que había perdido un año. Yo quería hacer Cirugía General y sabía que no iba a ser posible", explica la médica a Redacción Médica.

Ante la situación, la profesional se planteó elegir otra especialidad, para no perder más tiempo. "Era la 5.000 y pico en la lista; solo iban a quedar especialidades clínicas, que no era lo que yo quería, pero también sentía que no avanzaba con mi vida", narra. "Ves a tus amigos que no son médicos terminar sus estudios, tener sus primeros trabajos, ir alcanzando logros… y tú estás estancada", explica. Esta presión autoimpuesta fue lo que la llevó a elegir una plaza de Medicina Familiar y Comunitaria en su ciudad.


Segunda oportunidad en el MIR


Lucía explica que, los tres meses que ocupó su plaza estuvo "supercontenta" y aprendió muchísimo, pero que "tenía la espina clavada" porque sabía que podía haber hecho mejor examen. "Creo que, si no me hubiera bloqueado en el examen, y ese hubiera sido mi resultado, me había quedado en Familia muy contenta, pero sabía que tenía una segunda oportunidad".

La medica destaca como su primer post MIR fue una época muy compleja para ella. "En la simulación de la academia tenía alrededor de un 4.000, y me quedaba esperanza. Después en la corrección oficial bajé 1.000 puestos y fue horroroso", comenta. "Fue una de las cosas más terribles que he vivido, sentí que mi vida se desmoronaba. Tuve un post MIR terrorífico", asegura.


"De la simulación de la academia a los resultados oficiales bajé mil puestos y fue horroroso"



Esta segunda vez, no solo afrontó la preparación desde otro punto de vista, en el que asegura sus tres meses de residente han sido esenciales para tener más conocimientos y confianza, sino que también ha gestionado de otra manera el post examen. "No miré las planillas hasta que hubo resultados oficiales del Ministerio de Sanidad", explica. De esta manera, esta segunda convocatoria "a la que ha ido mucho más tranquila", ha dado sus frutos y ha mejorado 3.000 puestos en la lista. "Sé que tengo varias opciones para elegir Cirugía General en varios hospitales", comenta. "Por fin puedo seguir con mi vida", termina. 


Elegir especialidad para 'ser feliz'


Emely se enfrentó a una situación similar en el MIR 2023, pues vio como con su nota final no podría optar a ninguna de las especialidades que le interesaban. "Me sentí decepcionada y frustrada conmigo misma. Después de tanto tiempo, dinero, esfuerzo y dedicación invertidos no podía hacer algo que me gustara", explica la médica, que se planteó elegir otra especialidad con tal de no desperdiciar el año.

"El día anterior a mi adjudicación se habían terminado todas las plazas que me interesaban. Solo quedaban las de 'relleno' y pensé: ¿De verdad voy a ser feliz si elijo una de estas?", narra a este medio. Así que en ese momento decidió borrar su lista, no adjudicar una plaza y arriesgarse a realizar el examen de nuevo. "Mereció la pena, este año sí voy a poder entrar en la especialidad que quería", explica.

Sobre cómo ha vivido los días posteriores al examen, comenta que esta segunda vez lo ha pasado mejor que el año pasado."Aun así, la incertidumbre de no saber dónde vas a estar en un mes es terrible. He tenido mucha ansiedad al pensar que hay que empezar de nuevo una vida, en otra ciudad, con otros amigos, una casa nueva…", explica. Pero tiene clara la conclusión que extrae de la experiencia: merece la pena arriesgarse. "Fue complejo pero ahora estoy feliz, por fin puedo hacer algo que sí me gusta", concluye esperanzada.
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