Mariola Sirvent, coordinadora del Grupo de Nutrición de la SEFH, analiza el problema de desnutrición en estos pacientes

"El SNS debe regular el cribado nutricional del paciente oncológico"
Mariola Sirvent Ochando, especialista en Farmacia Hospitalaria y coordinadora del grupo de nutrición clínica de la SEFH.


7 mar. 2022 12:50H
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El soporte nutricional en el paciente oncológico que existe actualmente tiene muy poco eco en los sistemas de salud de los países europeos. La desnutrición es un problema que afecta con frecuencia a este tipo de pacientes y aproximadamente "un 20 por ciento de las muertes en enfermos oncológicos son atribuibles a la desnutrición y no al propio cáncer". Un dato del que nos alerta Mariola Sirvent Ochando, especialista en Farmacia Hospitalaria y coordinadora del grupo de nutrición clínica de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Una cuestión que para Sirvent Ochando "urge abordar y desde el Sistema Nacional de Salud (SNS) español se debería plantear con la regulación del cribado nutricional de estos pacientes".

Sirvent Ochando explica que hoy en día "el cribado se lleva de forma voluntaria e individual y es ahora cuando se está empezando a hablar de esta necesidad". A pesar de que "hay hospitales que ya cuentan con unidades funcionales de nutrición artificial en la que sí criban a los pacientes oncológicos, no es la norma ni es un estándar a nivel nacional, es decir, se lleva a cabo dependiendo de la voluntariedad de los profesionales y de los recursos que tengan en los centros hospitalarios", añade.

Por ello, la coordinadora cree necesario "el reconocimiento del cribado de nutrición en pacientes oncológicos a nivel nacional. Y se debe incorporar dentro de los contratos de gestión de los hospitales y de los controles de calidad y añadirlo como un indicador más de calidad". Y en este sentido, Sirvent Ochando estima como primordial "la figura de un experto en nutrición dentro del comité de tumores del hospital para que este profesional pueda captar a estos pacientes con desnutrición o riesgo de padecerla".

Esta figura dentro del comité de tumores puede tratarse "perfectamente del farmacéutico de hospital, ya que durante su primera formación en el grado cuenta con un componente muy importante de nutrición. Además, el programa de formación de la especialidad de Farmacia Hospitalaria incluye seis meses de estudio específico de nutrición artificial", apunta Sirven Ochando. Por todo ello, "el farmacéutico de hospital está muy capacitado para formar parte de estos comités", añade. 

Para Sirvent Ochando esta figura es "necesaria para captar a estos pacientes y, sobre todo, imprescindible en comités de tumores digestivos o de pulmón, ya que en este tipo de cánceres el riesgo de desnutrición tiene mayor prevalencia que en otros como el cáncer de mama, por ejemplo".


"Es necesario el seguimiento del paciente oncológico a los siete días de realizar la primera intervención nutricional"



Además de esta figura especializada, Sirvent Ochando establece que "se debe hacer un seguimiento del paciente oncológico a los siete días de haber realizado la primera intervención nutricional ya que, si se hace alguna recomendación nutricional al paciente y este no ha podido seguirla, el enfermo va a seguir deteriorándose". Así pues "a los siete días se revalúa la eficacia de las acciones tomadas y, en caso de que sean eficaces, se continúa con ellas y se ve al paciente de nuevo en otros siete días o ya se podría ampliar a 15 días".

El tercer punto necesario para controlar la desnutrición del paciente oncológico es "informar y formar al paciente para que él mismo pueda poner en alerta a los profesionales en caso de que note algún signo o síntoma de desnutrición", señala Sirvent Ochando y considera que "se debe empoderar al paciente y a los familiares para que sean conscientes de que deben avisar si ven algún signo para que los profesionales podamos trabajar con ellos y realizar una nueva intervención".

La localización del tumor condiciona el alto riesgo de desnutrición


Según Sirvent Ochando, de entrada, "hay tumores que por su localización tienen un alto riesgo nutricional, como el cáncer de cabeza y cuello, o del tracto digestivo superior (esófago, estómago y páncreas, por ejemplo)". Este tipo de cánceres "ya afectan de por sí a la nutrición del paciente porque le limita la ingesta y está relacionado directamente con un alto riesgo de desnutrición y una pérdida de peso prácticamente desde el primer momento del diagnóstico de la enfermedad", declara la coordinadora. 

Además, en estos pacientes el estado nutricional se va deteriorando conforme evoluciona la enfermedad porque "reciben tratamientos de quimioterapia que tienen también un alto impacto en ese estado y esto provoca que se deteriore progresivamente", recalca Sirvent Ochando. Un deterioro que se ve fomendado por "los efectos secundarios de la quimioterapia, como pueden ser las náuseas, vómitos, disminución de la ingesta,dificultad de absorción, diarreas, etc"

Por todo ello, "es realmente necesario ese seguimiento y control de la nutrición de los pacientes oncológicos", una tarea aún pendiente tanto a nivel nacional como europeo, concluye Sirvent Ochando. 
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