Marta Carrasco, estudiante de Enfermería.
No siempre se consigue entrar en la carrera universitaria que tanto se anhela, pero eso no siempre es negativo, ya que abre otras vías disponibles que resultan ser igual o más interesantes que la idea inicial. Esto es lo que le ha ocurrido a
Marta Carrasco, quien se presentó
siete veces a la PAU con el objetivo de entrar a Medicina, pero, lamentablemente, la nota nunca le llegó a alcanzar y acabó decidiendo acceder a Enfermería. "No estoy frustrada.
Siento que estoy en el sitio correcto", ha aclarado.
Y es que a esta
futura enfermera nunca se le dieron bien las matemáticas y tenía claro que en Bachillerato iría por la opción de letras. De hecho,
quería hacer Derecho. Pero, cuando menos se lo esperaba, llegó un profesor de Matemáticas que le cambió totalmente su visión de futuro. "Me hizo entender la asignatura, sacar muy buenas notas y plantearme otras ramas que nunca había pensado que haría porque pensaba que no era capaz", ha incidido.
Entre sus prioridades laborales la carrera que más destacó fue Medicina. Así, con este objetivo, sacó muy buenas notas en primero de Bachillerato, pero en segundo 'pinchó' por problemas familiares. "Hay muchos factores que te desvinculan al lugar a donde tú quieres llegar, y
creo que la educación no lo ve", ha lamentado.
Vocación por la Medicina
Aun así, se presentó a la
PAU siendo consciente de que no sacaría nota para Medicina, pero sí que obtuvo la necesaria para Enfermería, aunque decidió no entrar y seguir probando suerte en siguientes convocatorias con el objetivo de formarse como médica.
Mientras que se iba presentando a las distintas convocatorias de selectividad, no quería perder el tiempo repitiendo una y otra vez la prueba y, durante dos años, estuvo cursando el
grado superior Anatomía Patológica y Citodiagnóstico, aunque, realmente, sin intención de ejercer en este ámbito.
Entrar a Enfermería antes que Medicina
Pasaba el tiempo y Carrasco no lograba la nota suficiente para entrar a Medicina y,
tras siete PAU sin conseguirlo, tomó una decisión drástica: hacer
Enfermería. "Hay que luchar por los sueños, pero sentía que se estaba convirtiendo en una oposición y llegó un punto en el que ingresar en la facultad
me estaba afectando a mi salud mental. No me merecía la pena seguir", se ha sincerado.
Además, aunque la profesión médica siempre ha estado en lo pensamientos de esta estudiante, de ningún modo es su prioridad. "Yo
quiero ser madre joven y, si seguía tan centrado con ello, notaba que el resto de aspectos importantes en mi vida se me olvidaban", ha indicado.
La Enfermería, una profesión "muy bonita"
En este punto, ha querido aclarar a este periódico que se enfermera una profesión que le parece "muy bonita" y que para nada la desprestigia, pero su vocación siempre había sido convertirse en médica. De hecho, reconoce que siempre le ha gustado todo lo que rodea al sector sanitario y que
no considera que por entrar a Enfermería sea una "médica frustrada". "Ahora mismo estoy muy contenta en la carrera. Era lo que me esperaba y
me veo en el futuro dentro de esta profesión", ha reconocido.
Aun así, tampoco descarta en un futuro volver a probar suerte con Medicina, pero no antes de haber conseguido el resto de objetivos de su lista. "Yo no sé qué me deparará el futuro.
Ni contemplo ni descarto hacer el grado en un futuro, no sé lo que voy a pensar. Confío en mi de dentro de unos años", ha concluido.
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