Albert Esteban, estudiante de Medicina.
Albert es estudiante de sexto de Medicina y su historia es un ejemplo de constancia y vocación. Después de
tres intentos para lograr la nota necesaria para entrar en la carrera en Barcelona, hoy mira atrás con orgullo y afirma que cada esfuerzo valió la pena. Desde que decidió ser médico en bachillerato hasta su etapa actual en el hospital, ha aprendido que la clave está en
confiar en uno mismo y no rendirse, "aunque el camino sea difícil".
"Empecé a tener claro que quería
hacer Medicina cuando empecé bachillerato, algo hizo clic en mi mente y fui a por ello", asegura Albert, que también reconoce que siempre le había llamado mucho la atención la carrera, pero
nunca había pensado "muy bien" a qué dedicarse. "Lo que más me atrajo como tal fue el conocimiento de todo el
funcionamiento del cuerpo humano. Me llamaba muchísimo la atención saber cómo funciona nuestro organismo", continúa. Aunque Albert no entró a la primera. Su camino hacia Medicina fue
largo y lleno de incertidumbre, pero nunca perdió la esperanza.
Tres EBAU para cumplir un sueño
"
Repetí selectividad en tres ocasiones. Hice la ordinaria, luego hice la extraordinaria para subir nota y luego volví a repetir las específicas en la ordinaria del siguiente año. Y ya entonces, entré a Medicina al año posterior al mío", explica. Sobre su proceso, asegura que es "algo muy personal y que
cada uno puede intentarlo todas las veces que quiera para lograr hacer lo que realmente desea".
Sin embargo, reconoce que
lo más duro del proceso "es confiar en uno mismo". En su caso, nunca pensó en rendirse: "Aposté mucho por mí. Algo en mí me decía que tarde o temprano entraría en la carrera, ya fuese uno, dos o tres años más tarde, solo pensaba en
luchar por mi sueño".
Mantener la motivación
También confiesa que, aunque tuvo dudas al principio,
nunca se planteó realmente cambiar de rumbo. "Cuando no me dio la nota la primera vez, pensé en hacer otra carrera, pero esos pensamientos desaparecieron a los dos días", recuerda. De hecho,
si no hubiera entrado en Medicina, llegó a pensar en estudiar un
doble grado de Economía y Derecho: "Sabía que si no hacía Medicina, no haría ninguna otra carrera de ciencias de la salud".
"Entonces, lo que me mantuvo motivado fue pensar en mí yo del futuro, en que valdría la pena hacer todo ese esfuerzo", sigue contando. Para lograr su objetivo, Albert probó
distintas estrategias hasta encontrar su propio
método de estudio: "Me apunté a una academia y no me ayudó tanto como yo esperaba, la acabé dejando y seguí por mi propia cuenta". Para ello, se descargó apuntes e hizo exámenes de otros años. Algo que le sirvió en
cada intento en selectividad porque fue "aprendiendo de los errores" y viendo dónde fallaba más. Por esta razón, recomienda a aquellos que estén ahora en esta situación
hacer exámenes anteriores "para ver, más o menos, cómo son y si los llevan bien".
El momento más esperado
"¿Y si este año ha subido mucho la nota y no me da?". Es la pregunta que se hacía. Por eso, sintió "un subidón indescriptible" cuando le notificaron que había entrado en Medicina. Una carrera a la que, al principio,
le costó adaptarse durante los primeros años, que fueron "súper complicados y muy densos": "Primero fue delicado también por problemas personales y llegué a segundo con bastante miedo porque tenía asignaturas pendientes". Esto le provocó gran agobio hasta tercero, donde se empezó a sentir "mucho mejor al ver que
todo el esfuerzo se veía reflejado en los resultados".
Como su mejor experiencia, destaca las
prácticas y rotaciones en el hospital: "Conoces a muchísima gente, muchas historias personales y al final siempre son primeras vivencias que tú tienes con el entorno hospitalario. Todo lo que vives allí te marca". "Creo que
todas las vivencias, tanto positivas como negativas, que hay en el hospital te hacen valorar lo bonito y lo importante que es la vida", reflexiona.
De cara al futuro, asegura que se visualiza como "un médico atento que valora muchísimo
la relación médico-paciente", ya que, para él, el vínculo que se genera es "muy importante" y "lo que más te define como profesional". De cara al
MIR, no tiene decidido qué opción escoger. "Lo único que puedo decir es que no me veo en una
especialidad puramente de laboratorio", concluye.
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