José Curbelo.
Tres meses restan para que los aspirantes a una plaza de especialización en el Sistema Nacional de Salud (SNS) se enfrenten a la
prueba MIR. El 24 de enero, los candidatos dirigirán su atención a las 200 preguntas -más de 10 de reserva- que conforman el examen. De dicha batería,
25 van acompañadas de una imagen. Unas
cuestiones temidas por la mayoría de titulados en Medicina, especialmente cuando el documento gráfico no desvela demasiada información. Sin embargo, no hay que tenerles miedo. Solo hay que
seguir una serie de pasos para afrontarlas con la mayor garantía de éxito posible.
Ante estas cuestiones, el candidato debe fijarse en el enunciado y no correr al análisis de la fotografía o gráfico que lo acompaña. "Un error habitual es mirar las imágenes al comienzo, sin siquiera ver la pregunta", ha puntualizado el experto en el MIR y médico internista, José Curbelo, a
Redacción Médica. Precisamente, aquí está la clave:
primero la pregunta y luego la imagen. "Muchas veces, solo con leer el caso clínico ya se puede saber la sospecha y eso permite ver la imagen y confirmarlo", ha agregado
Un procedimiento coincidente con
el día a día de cualquier profesional facultativo del SNS. "Hay que pensar que el clínico hace eso mismo. Comienza por la historia clínica y la exploración y una vez revisa la situación, pide la prueba de imagen y la interpreta", ha explicado Curbelo.
Por el contrario, actuar de forma distinta puede derivar en situaciones complicadas para el aspirante y, por ende,
comprometer su puntuación final del examen. "El camino opuesto puedo que genere ansiedad al no saber reconocer de qué va la imagen e incluso condicionar al candidato y hacerle perder el tiempo buscando detalles", ha aseverado el especialista en Medicina Interna. Y es que no hay que olvidar que el ejercicio se debe completar en cuatro horas y 30 minutos.
¿Cómo organizar la contestación de dichas preguntas?
El abordaje de estas cuestiones parte de la siguiente premisa:
valen lo mismo que el resto de preguntas y consumen más tiempo. Por ello, el candidato debe manejar con habilidad el reloj para que estas no reduzcan sus posibilidades de pasar sobre la totalidad del examen. "No se debe dedicar más tiempo de la cuenta y que ello genere el riesgo de no ver otras que puede aportar netas", ha recomendado el facultativo.
Con el fin de evitar este escenario, Curbelo ha aconsejado
intercalarlas a lo largo del desarrollo de la prueba. Hacer 30 sin imagen y después cinco con. Así, hasta agotar poco a poco las preguntas con acompañamiento gráfico. Eso sí, este es su procedimiento. "Existen otras alternativas, por lo que lo importante es hacer simulacros y elegir la estrategia idónea para que dé tiempo", ha compartido.
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El experto aconseja responder 30 preguntas sin imagen y luego cinco con
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No obstante, el médico ha pedido que los aspirantes
no las acumulen. Ni al principio del examen ni en su conclusión. "En general, hacerlas al comienzo todas o al final todas, puede ser 'peligroso', porque o comienzas la prueba mal de tiempo, o puede que en la fase final te genere agobio saber que las tienes todas pendiente", ha sentenciado.
Estrategias para abordar la prueba de manera efectiva, especialmente para afrontar aquellos puntos más complicados en su realización. Una manera que facilitar el acceso a
una las 9.276 ofertadas en la convocatoria de Formación Sanitaria Especializada (FSE) DE 2026.
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