Antonio Compañ y Markel Gamarra
El
crecimiento de la enseñanza universitaria en España es un tema de moda desde que el Gobierno se mostrase dispuesto a
endurecer los criterios para la apertura de nuevas universidades privadas. Las facultades de Medicina no escapan a una realidad que afecta a todo el territorio español y que se ha traducido, desde 2007, en un crecimiento del 600 por ciento en lo que a centros privados se refiere y del 50 por ciento en el ámbito público.
Las consecuencias de este brutal crecimiento tanto para la jerarquía universitaria como para el estudiantado son difíciles de prever, para ello
Redacción Médica consulta a
Antonio Compañ, nuevo presidente de la
Conferencia de Decanos y Decanas de Facultades de Medicina Españolas y a
Markel Gamarra, presidente del
Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM).
Los motivos tras el ‘boom’
“En el año 2007, existían 28 facultades de Medicina, 26 públicas y 2 privadas. En el 2025, ya somos 53 de las cuales 39 son públicas y 14 privadas. Estas cifras
suponen un incremento del 50 por ciento en el caso de las públicas y un 600 por ciento en el caso de las privadas”, explica Compañ, quien ha encabezado un estudio sobre el crecimiento de las facultades de Medicina en España.
Para el decano facultad de Medicina de la
Universidad Miguel Hernández de Elche, hay dos factores principales que influyen para que este ‘boom’ haya tenido lugar; el
limitado número de plazas ofertadas en facultades públicas y las
altas notas de corte para acceder a ellas.
"La educación en Medicina, dada su alta demanda y el valor de los profesionales formados, puede ser un sector rentable para la inversión privada"
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“Esto deja un espacio para que las universidades privadas ofrezcan alternativa y por otro lado las pueden ofrecer criterios de admisión diferentes. También, todo hay que decirlo, la oportunidad de negocio,
la educación en Medicina, dada su alta demanda y el valor de los profesionales formados, puede ser un sector rentable para la inversión privada. Las matrículas en las universidades privadas suelen ser significativamente más altas que en las públicas”, reflexiona Compañ.
Por su parte, el
representante de los estudiantes, Markel Gamarra, aclara que, aunque
no existe una posición consensuada de forma clara por parte del estudiantado en lo relativo a la apertura de nuevas facultades si existe preocupación al respecto.
"La apertura desmedida de Facultades genera preocupación en diferentes ámbitos, desde
qué impacto tendrá el aumento de plazas en su formación universitaria y en la calidad de sus prácticas clínicas; hasta
cómo impactará este aumento de egresados en su futuro laboral y su futura profesión”, comenta Gamarra.
Los riesgos que conlleva
Para Compañ, los riesgos que supone este enorme crecimiento de facultades son varios, aunque destaca la p
érdida de calidad en las prácticas de los estudiantes y la dificultad posterior para los egresados de incorporarse al mundo laboral; “Un mayor número de estudiantes puede ejercer una excesiva presión sobre los hospitales universitarios y centros de salud para las prácticas clínicas. Esto podría resultar en una menor exposición práctica por estudiante”.
Los
riesgos para la inserción laboral de los egresados serían en su opinión la saturación del mercado laboral, el a
umento del desempleo, el aumento de la emigración de los profesionales buscando mejores condiciones, ya sea hacia el exterior o hacia la sanidad privada, y la
precarización de las condiciones laborales.
“Sí que se percibe
este riesgo de saturación dado el aumento de estudiantes en las facultades y la apertura de nuevas facultades, que
no se traduce en mayor oferta MIR”, coincide el presidente del CEEM, que ve “un futuro laboral incierto ante una demanda que no se ajusta a la oferta y que puede derivar en que se perpetúe la fuga de egresados a otros países que ofrecen mejores condiciones laborales y mayor estabilidad en el sistema”.
Medidas a tomar
No obstante, ambos coinciden en que hay medidas que pueden mejorar esta situación. Para el representante de los decanos esta pasa por “la implementación completa del
Registro estatal de Profesionales Sanitarios que permitirá una proyección adecuada de los estudios sobre la jubilación y la mayor coordinación entre Comunidades a la hora de ofertar plazas MIR teniendo en cuenta una planificación conjunta y nacional”.
Para el CEEM, en palabras de Gamarra, cuya postura coincide bastante con el decanato, la apertura de nuevas facultades de Medicina “debe hacerse atendiendo a un p
lan demográfico en el marco de la planificación educativo-profesional y la coordinación institucional, no en base a criterios económicos y políticos”.
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