Gemma Alonso anima a aquellos indecisos que sienten vocación por la profesión a que se atrevan a dar el paso

Gemma Alonso se graduó en Enfermería con casi 40 años y compaginando los estudios con la crianza de dos hijos.
Gemma Alonso, enfermera, junto a sus dos hijos en su graduación universitaria.


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Un despido en un trabajo en el que llevas más de 15 años suele generar incertidumbre y miedo de cara al futuro. Pero, mirándolo con perspectiva, para Gemma Alonso fue el impulso que necesitaba para atreverse a dar el salto y entrar a su verdadera vocación: Enfermería. Y es que esta también Técnica de Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE) no solo decidió entrar en la carrera con 35 años, sino que lo hizo con dos hijos a su cargo, demostrando una gran pasión por el sector sanitario.

Con el lema por delante 'nunca es tarde si sientes vocación', esta actual enfermera de 50 años comenzó su periplo laboral dentro del ámbito de la salud como voluntaria en una organización sin ánimo de lucro y trabajando en el área de teleasistencia de dicha empresa. Durante los 16 años que estuvo allí Alonso no perdió el tiempo y quiso seguir formándose. "Obtuve el título de TCAE por libre, pero nunca he ejercido", ha reconocido a Redacción Médica.

Pero, por cuestiones de la vida, Alonso fue despedida con un hijo de dos años a su cargo, y tuvo que replantearse rápidamente su futuro laboral para garantizar el bienestar, tanto de ella, como de su niño. "Siempre había querido ser enfermera así que, con 35 años, decidí probar suerte con la prueba de acceso a mayores de 25 años y conseguí sacar una nota que me permitió acceder al grado”, ha explicado.

Hacer Enfermería antes que Medicina


En ningún momento a Alonso se le pasó por la cabeza la idea de hacer Medicina. En su familia hay varios facultativos y, aunque respeta la profesión y es consciente de su importancia, siempre le ha llamado más todo lo relacionado con el cuidado del paciente.

El primer año en la universidad fue difícil, pero no por la complejidad de las asignaturas, sino por la ausencia de facilidades del propio centro para que Alonso pudiese conciliar. "Había dos turnos, uno a las 8 y otro a las 9 horas. Yo entraba en el primero y pedí un cambio al segundo para poder llevar a mi hijo al colegio, pero me lo negaron. Me dijeron que estaba en una facultad, no en el instituto", ha lamentado.

Cursar Enfermería y cuidar de dos niños pequeños


Por suerte, su familia siempre ha estado apoyándola incondicionalmente y sus padres se encargaban de llevar, recoger y quedarse por las tardes con su hijo. "Piensa que antes Enfermería era una diplomatura y por las mañanas ibas a clase y por las tardes hacías las prácticas, o al revés. Estabas todo el día ocupada. Ahora ya no es así", ha incidido. 

Durante segundo de Enfermería, Alonso se quedó embarazada de su segundo hijo. Una noticia maravillosa, aunque con sus complicaciones. "Tuve que hacer todo el curso, prácticas y clases embarazada. Avisé rápido de mi situación para evitar que me mandaran a ciertos sitios peligrosos para el bebé. Eso sí, mi tutora me dio todas las facilidades del mundo", ha recordado.

Prácticas en Enfermería con un hijo recién nacido


Fue en tercero cuando nació su hijo. Casi un mes después de incorporarse a las clases -en octubre-. El momento del parto fue complicado. La tuvieron que practicar una cesárea y estuvo durante un tiempo ingresada en el hospital. "No pude ir a clase y, cuando volví, me tocó recuperar todas las prácticas que no había hecho. Hubo una temporada en la que no podía asistir al aula porque tenía prácticas por la mañana y las recuperaciones por la tarde. Y, mientras, mi madre me traía a mi hijo al centro de salud para darle de comer porque el biberón no era una opción. No fue fácil", ha afirmado.

Durante esta etapa, además de su madre, tuvo un importante protagonismo sus compañeras de la facultad. Ellas fueron quienes le ofrecían los apuntes cuando ella no podía asistir a clase. "Fueron mis ángeles. Gracias a ellas estoy aquí. Siempre estuvieron dispuestas a ayudarme", ha querido señalar.

Repetir una asignatura en Enfermería


A pesar de todos estos obstáculos, Alonso acabó “limpia” la carrera con sus compañeras de promoción, y solo tuvo que repetir una asignatura: Farmacología. "Y no fue por suspenderla, sino porque tenía la ecografía de la semana 20 y mi profesor me dijo que eso no era una falta justificada, y yo no me la iba a perder", ha resaltado.

Para concluir, esta enfermera ha querido animar a "todo el mundo" que siente vocación por su profesión a que den el paso y entren a Enfermería, ya que "nunca es tarde"."Sé que cuesta, pero hay que intentarlo. El no ya lo tenemos. Y da igual si solo haces tres o cuatro asignaturas por año. Hay que intentarlo siempre, que necesitamos vocación", ha terminado.
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