Retribución y grupo profesional deben coincidir con el trabajo diario, como ha demostrado un caso en Palencia

A1 enfermero con un requisito
Escuela de Enfermería de la Diputación de Palencia.


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La reclasificación profesional es una de las batallas que disputa Enfermería desde hace años. El objetivo del colectivo es que todas sus integrantes abandonen el nivel A2 y se instalen en el A1, ocupado actualmente por médicos, odontólogos, farmacéuticos y psicólogos clínicos. Un salto que se debate en las negociaciones del Estatuto Marco para las tituladas del plano asistencial. Sin embargo, fuera de hospitales y centros de salud, las enfermeras que se dedican a la docencia tienen la opción de llegar a la deseada categoría si se dan algunas circunstancias. Es el caso de la profesora de la Escuela de Enfermería de la Diputación de Palencia, quien será retribuida como A1 por decisión judicial. Un escenario que se puede trasladar a otras partes de España, siempre que las competencias de las sanitarias sean actualizadas.

La abogada laboralista Amaya Rodríguez ha sido la encargada de representar a la enfermera que reclamaba la mencionada categoría profesional. En su mano, ha estado que el Juzgado de lo Social número 2 de Palencia haya estimado la demanda de su clienta, condenando a la Diputación de Palencia a abonarle una indemnización de 19.860,22 euros más un recargo del 10 por ciento por mora, en concepto de equiparación de funciones. Asimismo, el fallo reconoce que debe percibir las retribuciones de un profesor del subgrupo A1, nivel 25.

"La cuestión era que le tenían que pagar conforme a las funciones que realizaba realmente", ha afirmado Rodríguez a Redacción Médica. Según ha explicado la especialista en Derecho laboral, su representada llevaba a cabo las competencias de cualquier profesor universitario. Sin embargo, una modificación en la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) por parte de la Diputación -aprobada en marzo de 2022- creó tres puestos de funcionariado para A1 y cuatro para A2, diferenciados por la tenencia del doctorado. Al no contar con este título, la profesora de Enfermería -en aquel momento personal laboral fijo- quedaba recluida en el nivel más bajo, independientemente de sus labores.


"La cuestión es que le tenían que pagar de acuerdo a las funciones que realizaba"



La enfermera y su abogada fueron a juicio para probar que no se requería el doctorado para las funciones que realizaba. "Llevamos a una persona a una persona que si tenía el título de doctor para corroborar nuestro mensaje. Además, afirmó que no había nada específico que hiciese por tener dicha titulación", ha explicado Rodríguez. Y es que una de las pocas funciones para las que se requeriría este documento es para postularse a la dirección de las tesis doctorales del alumnado, sin embargo, dicha competencia recae directamente en la Universidad de Valladolid, de la que depende la Escuela de Enfermería de la Diputación de Palencia. Es más, en caso de querer realizarla en el segundo centro, se requiere una autorización de la institución académica vallisoletana.

Tal argumento hizo que la docente lograra el nivel A1 para ella y toda la categoría de profesor en su lugar de trabajo, con lo que dejaba sin efecto la RPT aprobada hace tres años. De esta forma, la profesional obtendrá una remuneración más alta que la que obtenía tiempo atrás.


Posibilidad de repetirse en otros emplazamientos


Rodríguez no descarta que el caso que ella ha atendido en Palencia pueda darse en otro punto de la geografía española. "En cualquier situación en la que una universidad o cualquier otra Administración equipare funciones, da igual que sea a un A1 o A2, la remuneración debe darse de la misma forma a todas las personas que lleven a cabo dichas competencias", ha especificado la abogada. Asimismo, ha destacado que no tiene sentido demandar un nuevo requisito para unas mismas funciones, aunque estas asciendan de nivel profesional. "Se trata de una petición que no sería necesaria", ha apuntado.


"Pedir el doctorado no era necesario"



Hay que recordar que la enfermera ocupaba desde agosto de 2021 un puesto de personal laboral fijo a tiempo completo en el subgrupo A2, nivel 23. La RPT elevó sus funciones al A1, con el impedimento del doctorado. Una barrera que le impedía progresar en su puesto de trabajo, pese a haber formado parte de la Escuela de Enfermería de la Diputación de Palencia desde 2010.


Trasposición al ámbito asistencial


Un caso que, sin embargo, tiene difícil comparativa con buena parte de la profesión enfermera. Y es que hablamos de colectivos profesionales distintos, ya que la demandante era docente y estaba contratada por la Diputación de Palencia y no por ningún centro del Sistema Nacional de Salud (SNS). Para que se diese una situación similar, primero habría que elevar las competencias enfermeras al A1 en el campo asistencial, algo que se debate en el seno del Estatuto Marco.

De momento, el borrador de dicho documento aceptaría su ascenso, como el de otras profesiones como es el caso de los fisioterapeutas. Las enfermeras se ubicarían en el grupo seis -el A1 se aplica a este, además de al siete y el ocho-, aunque con opciones de progresar en el caso de tener la especialidad o el doctorado.
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