Paloma Cornejo, dermatóloga del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (Gedet) de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV)
Para el tratamiento del acné, para las híper pigmentaciones o para la reducción de las arrugas. El retinol es el producto estrella del cuidado de la piel. Y no es para menos. Paloma Cornejo, dermatóloga del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (Gedet) de la
Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), lo define en
Redacción Médica como “el ingrediente imprescindible de una rutina cosmética junto al
fotoprotector”. Sin embargo, un uso inadecuado puede producir efectos indeseados. Los mensajes erróneos están calando entre la población y ya tienen consecuencias visibles en las consultas dermatológicas. Cada vez más pacientes acuden con
eczemas o dermatitis irritativas provocadas por esta causa. Por ello, es clave que los profesionales sanitarios individualicen la prescripción del retinol y hagan una labor pedagógica en las rutinas de cuidado de la piel de sus pacientes.
Cómo actúa el retinol en la piel
“El retinol es un derivado de la
vitamina A que tiene receptores específicos en diversas partes de las células y es un transformador cutáneo. El retinol se transforma en ácido retinoico, que realmente es el que actúa en las células y estimula la
renovación epidérmica”, relata la experta. Con todo, este ingrediente es capaz de trabajar el envejecimiento, mejorar la calidad de la piel, reducir el acné y la piel grasa, actuar en las manchas y reducir las cicatrices. No obstante, no todos los pacientes deben realizar el tratamiento de retinol de la misma forma. Es importante
individualizar cada caso.
“Si vas a tolerar tener un poco de descamación o que la cara se ponga un poco roja cuando te la lavas, pero quieres ver los efectos a corto plazo, entonces se puede optar por una concentración más alta”, afirma. Pero todo depende de muchos factores. No es lo mismo empezar en verano que en invierno. En verano, si se va a la playa y nunca antes se ha usado retinol, hay una alta probabilidad de quemarse si se empieza con concentraciones altas. Por otra parte, Cornejo cuenta que es importante
jugar con los intervalos de las aplicaciones. “Lo ideal es empezar con intervalos mayores, entre 2 días a la semana, cuando se usan concentraciones altas como el 0,5 por ciento y después, cuando el paciente se acostumbra, aumentar la frecuencia cuando se tolere”. Además, recomienda el uso de una
crema reparadora en las noches que no se use el retinol para
reducir la descamación.
La mayor parte de los tratamientos dermatológicos llevan retinol. No obstante, hay casos en los que hay que adaptar las rutinas por una intolerancia o un rechazo del paciente al retinol. “Puede haber pacientes con una piel ultrasensible que no consigan retinizarse y pueden beneficiarse de otras moléculas como bakuchiol o glicolico. Además, existe una contraindicación del uso de los derivados de la vitamina A, de los retinoides, en
mujeres embarazadas. Se han visto malformaciones en ratas y también malformaciones cuando se toma el ácido retinoico por vía oral”, advierte.
Qué es lo que no se debe hacer al utilizar el retinol
Paralelamente, aunque el retinol se presente como “la joya de la corona de la rutina cosmética”, es importante conocer
qué contraindicaciones hay en su uso. Por un lado, aunque hay que individualizar cada caso, la dermatóloga insta a tener precaución con la mezcla de productos. “Hay cosas que sumadas con el retinol van a potenciar el efecto y pueden causar más irritación. Por ello no hay que aplicarlos juntos, aunque es posible utilizarlos en diistintos momentos de la rutina diaria. Por ejemplo, el glicólico, el salicílico, la vitamina C, el peróxido de benzoilo u otros antiacneicos”, afirma. Además, también hay que saber en qué partes del cuerpo hay que aplicar el retinol. “Las pieles del cuello y de los ojos son totalmente diferentes. Si tú te pones el retinol de la cara en el cuello, que es una piel mucho más fina, vas a tener una dermatitis irritativa, que es como un eczema. Si te lo pones en los ojos, se te van a hinchar y se te van a poner rojos. Al final, se va a tener que recurrir a un
corticoide o un calmante para que se quite”, advierte.
Además, es necesario que los médicos de
Atención Primaria sepan detectar los daños relacionados con un mal uso de este ingrediente. “Normalmente, tiene que ver con que el paciente tiene una dermatitis irritativa, que la piel está roja, descarnada y les arde un poco. En estos pacientes hay que hacer una labor de investigación de qué cosmético se están poniendo”, afirma. No obstante, asegura que ve muchos más problemas por la
sobre hidratación o el uso de cremas grasas que por el retinol. Así, en materia de cuidado y prevención, “el diagnóstico es lo más importante”.
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