El catedrático Carlos María Romeo ofrece la conferencia inaugural del XXIII Congreso Nacional de Derecho Sanitario

Carlos María Romeo, catedrático de la Universidad del País Vasco.


20 oct. 2016 11:30H
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POR JUANMA FERNÁNDEZ
Carlos María Romeo, director de la cátedra interuniversitaria Diputación Foral de Bizkaia de Derecho y Genoma humano, acompañado de Ricardo De Lorenzo, presidente de la Asociación Española de Derecho Sanitario, ha sido quien ha ofrecido la conferencia magistral que ha dado el pistoletazo de salida al XXIII Congreso Nacional de Derecho Sanitario, que se celebra desde este jueves y hasta el sábado en el Colegio de Médicos de Madrid.

En una ponencia titulada “La bioética y el bioderecho: un largo recorrido en común”, Romeo ha desgranado ante los asistentes el largo recorrido que esta “disciplina especial” ha realizado a lo largo de los años y hasta el presente. El jurista ha recordado cómo “en los años 70” la bioética comenzó a entenderse como un “derecho reconocido”, ya que hasta entonces “el Derecho no se había ocupado de esto”. El precedente en España data “de 1978, cuando los derechos de los pacientes se incluyeron en un anexo de un Real Decreto que finalmente el Tribunal Supremo declaró nulo”. Así, Romeo se ha situado en 1986 para enmarcar esta realidad “en la Ley General de Sanidad”.

Ricardo De Lorenzo, Carlos María Romeo y Julio Sánchez Fierro, minutos antes de comenzar el acto.


Un presente en cuyas primeras chispas “vivió recelos entre juristas y bioeticistas”, puntualizando que siempre se trató “de un diálogo amable aunque a veces enfrentado”. Pero el camino era ya imparable, y la bioética se comenzaba a configurar en el sentido de “una disciplina especial dentro de la ética general, que no pretendía ser teórica en sí misma sino aplicada, aportando además una metodología peculiar”. El catedrático ha destacado, además, el papel fronterizo de esta, pues “confluyen en ella diversas ciencias: la ética con la medicina, la biología, pero también la filosofía”. Y, tras todo ese río de encuentros, el resultado: “Un instrumento muy poderoso para los interrogantes, identificando los valores e incluso detectando los que son emergentes para orientarlos y llegar a fines comunes”.

A juicio de Romeo, “el bioderecho es estimulante porque presenta situaciones nuevas y siempre está alerta, revisando categorías jurídicas”. En este sentido, no puede ceñirse a lo nacional sino que traza sinergias con el resto de naciones. “El derecho no vinculante trata de armonizar estas cuestiones jurídicas y puede ser el primer paso al encuentro definitivo de referencias comunes”, ha aseverado el experto. Este ha destacado el papel “del Comité Bioético del Consejo Europeo, por ser interdisciplinar, ofrecer riqueza de culturas y atender a las singularidades reales”.

Un camino largo que, no obstante, ha llegado a las constituciones de varios países “con materia específica biomédica, como el caso de Suiza, Portugal, Grecia o Alemania”. En este último caso, Romeo ha destacado que se haya planteado “la idea de generaciones del futuro”. “¿Se imaginan el reto que esto supone para un jurista, hablar de sujetos que no existen y que no se sabe si existirán?”, ha planteado el profesor, poniendo al Derecho “como balanza que resuelve el conflicto entre todos los intereses”. 

La ponencia se ha desarrollado en el anfiteatro del Colegio de Médicos de Madrid.

La ponencia se ha desarrollado en el anfiteatro del Colegio de Médicos de Madrid.


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