Una investigación descubre que sigue siendo eficaz en pacientes de más de 90 años

La edad no es factor para rechazar una intervención coronaria percutánea


14 jul. 2017 11:20H
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POR REDACCIÓN
Investigadores de la Universidad Estatal de Nueva York en Buffalo (Estados Unidos) aseguran que la intervención coronaria percutánea para limpiar los vasos sanguíneos tiene más beneficios que riesgos para la población de más de 90 años, lo que explica que cada vez sea más frecuente a estas edades.

"Hemos demostrado que los pacientes que tenían menos riesgo y se sometieron a este procedimiento en realidad lo hicieron muy bien", ha reconocido Abhishek Sawant, autor de este estudio que publica la revista JACC: Cardiovascular Interventions.

Esta intervención se ha utilizado durante décadas para restablecer el flujo sanguíneo en pacientes que sufren un infarto o tienen un fuerte dolor torácico y no responden a otro tratamiento.

Para entender mejor los riesgos y beneficios asociados con este procedimiento en pacientes de edad avanzada, Sawant y su equipo analizaron los datos clínicos del Departamento de Asuntos de los Veteranos de los Estados Unidos para identificar a más de 67.000 pacientes que se habían sometido a esta técnica entre 2005 y 2014.

De este modo, los mayores de 90 años representaban el 0,4 por ciento de todos los pacientes durante todo el periodo de estudio, pero esa proporción aumentó del 0,25 por ciento en 2008 al 0,58 por ciento en 2014, más del doble.

Mortalidad en los 30 primeros días tras la intervención

Los autores constataron que 30 días después de la intervención hasta el 10,6 por ciento de los pacientes nonagenarios habían fallecido, frente al 1,4 por ciento de mortalidad de los pacientes más jóvenes. Y un año después, la mortalidad en los más ancianos se elevaba hasta el 16,3 por ciento, frente al 4,2 por ciento de los más jóvenes.

Además, después de tener en cuenta determinados factores como otros problemas de salud de los pacientes, encontraron que los nonagenarios eran todavía más propensos a morir durante los 30 días siguientes a la intervención, hasta el doble de riesgo, y después de un año también se duplicó en comparación con los pacientes más jóvenes.

Sin embargo, el equipo de Sawant también encontró que podían predecir la mortalidad entre los nonagenarios basándose en la puntuación del CathPCI del Registro Nacional de Datos Cardiovasculares de cada paciente, una herramienta de evaluación del riesgo ampliamente utilizada en personas que se someten a este procedimiento que hasta ahora no se había mostrado efectiva en la población tan mayor.

En lugar de rechazar a un posible candidato a una intervención coronaria percutánea solo por su edad, constataron que los médicos pueden utilizar la puntuación de esta herramienta para evaluar los riesgos de cada paciente y luego discutir la conveniencia de la intervención con el paciente y sus familiares, en función de si se observa que puede no servir para prolongar sustancialmente la esperanza de vida pero sí aliviar el dolor en el pecho, consiguiendo diferencias importantes en su calidad de vida.

La gran mayoría de nonagenarios son mujeres

Una advertencia sobre los hallazgos del estudio, según señaló el investigador, es que casi todos los participantes del estudio eran varones pero, en cambio, la gran mayoría de nonagenariaos eran mujeres.

Y otra limitación es que los "excelentes" resultados de la intervención en este grupo de edad se comparó con la situación de pacientes de la misma edad que no fueron intervenidos, por lo que ofrece información valiosa de cara a "optimizar" el tratamiento a largo plazo.

"Como ya han demostrado múltiples estudios en los últimos años, la edad por sí sola no debe ser motivo de exclusión a la hora de realizar esta intervención si los pacientes son seleccionados adecuadamente, ha añadido Adam Skolnick, del NYU Langone Medical Center de Nueva York (Estados Unidos).
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