Los especialistas lamentan que no haya un criterio unánime para abordar estos cuadros

El 58% de la población tiene síntomas de intolerancia alimentaria
La intolerancia más conocida es al gluten, presente en los productos derivados del trigo.


31 oct. 2018 14:00H
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Expertos reunidos en una jornada organizada por el servicio Inmunomet del Hospital Beata María Ana han lamentado que no haya un criterio unánime en la comunidad médica para abordar las intolerancias alimentarias.

El ocho por ciento de la población en España, el equivalente a más de tres millones de personas, presenta síntomas que pueden ser considerados trastornos funcionales relacionados con la intolerancia alimentaria, lo que puede considerarse propiamente como enfermedad, y un 50 por ciento padece síntomas menores.

De ese ocho por ciento, aproximadamente millón y medio se somete a consulta médica, según los datos que ha ofrecido durante el encuentro el jefe del Servicio de Digestivo del Hospital Universitario San Carlos y asesor científico de Inmunomet, Enrique Rey Díaz Rubio, que ha informado de que el 66 por ciento de los pacientes sospecha que sus síntomas están relacionados con la alimentación o el estrés.

Sobre el impacto que la enfermedad tiene en la calidad de vida de los pacientes, el doctor Rey ha comentado que, de media, cada uno realiza seis visitas al año al médico, y que la enfermedad les ocasiona un gasto de 600 euros que deben afrontar con sus propios recursos.

Importancia de la microbiota


"La causa última del síndrome de intestino irritable, término que abarca todas las disfunciones asociadas a la patología y que derivan en cuadros de dolor, diarreas, estreñimiento o hinchazón abdominal, no es aún bien conocida y es poco probable que haya solo una causa", ha señalado.


Rey Díaz Rubio: "El paciente necesita una solución individualizada, no recomendaciones genéricas"


A su juicio, hay una serie de factores epidemiológicos asociados que deben tomarse en cuenta, ya sean de carácter psicológico, genético o ambiental. Asimismo, el especialista ha destacado la importancia que tiene la microbiota en el desarrollo de estas enfermedades.

"Durante los mil primeros días de vida, el niño desarrolla un órgano nuevo, la microbiota, que es único y va a determinar nuestro estado de salud de cara al futuro", ha recalcado Rey, para comentar que este órgano se puede modificar cambiando la alimentación o mediante un trasplante fecal, y que uno de los problemas para enfrentarse a esta enfermedad es la divergencia de criterios entre especialistas del aparato digestivo.

"Hay incertidumbre médica y hay falta de homogeneidad sobre lo que hay que hacer. El paciente necesita una solución específica, individualizada, no recomendaciones genéricas sobre alimentación o estilo de vida. El reto principal para abordar la enfermedad es forjar una alianza entre pacientes y médicos para alcanzar los mejores resultados", ha añadido el experto.


Un paciente "aislado e incomprendido"


Por su parte, el director médico del servicio Inmunomet del Hospital Beata María Ana, José Vigaray Conde, ha asegurado que el enfermo con intolerancia alimentaria se siente "aislado e incomprendido", por lo que ha abogado por dar una respuesta desde una perspectiva médica basada en la evidencia, con el concurso de especialistas de diversos campos de la Medicina, y con "humildad" dado que es un problema "muy complejo".

Asimismo, el jefe del Servicio de Digestivo Médico Quirúrgico de Hospital Beata María Ana, Suárez Guijarro, ha señalado dos tipos de intolerancia como las principales y germen de la mayor parte de los trastornos gástricos.

Por un lado, la intolerancia a la lactosa, y por otro la intolerancia a la fructosa y polioles como el sorbitol, siendo esta última "muy difícil" de controlar porque, según el propio doctor Suárez, el problema es que la mayoría de los alimentos de origen vegetal tiene alguno de estos componentes de forma natural, y todos, o casi todos, los productos industriales llevan jarabe de fructosa o sorbitol.


Intolerancia al gluten



La mayoría de etiquetados de intolerancia al gluten lo son realmente a otros componentes del trigo


Del mismo modo, los expertos han comentado que una de las intolerancias con más repercusión en los últimos tiempos es al gluten, entidad diferente a la celiaquía, si bien Vigaray ha avisado de que la sensibilidad no celiaca al gluten no tiene test objetivos para su detección, lo que hace que el diagnóstico haya que basarlo en la sospecha clínica, la dieta de exclusión y una reinclusión ciega de cereales en el paciente que nos permitan determinar esta intolerancia.

"La mayoría de los pacientes etiquetados de intolerancia al gluten lo son realmente a otros componentes del trigo, en particular a los fructanos o cadenas de fructosa. También, muy probablemente, algunos son realmente celiacos aún no diagnosticados, estando la intolerancia al gluten muy sobredimensionada y la celiaquía infradiagnosticada", ha apostillado.
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