Al final hubo crisis y fue una gran crisis y no una desaceleración. Bueno, pues a pesar de que desde las administraciones –de todos los colores políticos– se prometía que los recortes no afectarían al sistema sanitario, la realidad es que la inversión sanitaria pública ha sufrido graves recortes entre los años 2009 y 2014. En concreto, 8.660 millones de euros es la diferencia entre ambos años (un 12,5 por ciento), porcentaje muy superior al recorte en el conjunto de las Administraciones Públicas, ya que el recorte en los gastos consolidados del Estado entre los años 2009 y 2014 ha sido del 5,8 por ciento (28.578 millones de euros).

Pero lo grave es que, en el caso de la Atención Primaria, el recorte presupuestario ha sido muy superior a la media del sector sanitario. En concreto, se han recortado en estos años 1.730 millones de euros (el 16,1 por ciento). Además, podemos decir que 'llueve sobre mojado' porque el presupuesto dedicado a la Atención Primaria en España viene perdiendo peso con relación al presupuesto sanitario desde hace más de 30 años: en concreto, el porcentaje dedicado a Atención Primaria en el año 1980 era del 20,9 por ciento, que en 1990, diez años después, era del 16,3 por ciento, y en el año 2000 había bajado hasta el 15,7 por ciento.


Más del 40% de los médicos de Familia tienen cupos que superan las 1.500 tarjetas asignadas


Durante unos años se mantuvo rondando este porcentaje, pero llegó la crisis y de nuevo llegan los recortes asimétricos: en el 2010, el porcentaje es del 15,3; en el año 2012 es un escaso 14,8 por ciento, en el año 2015 llegó hasta el mínimo de 14,2 por ciento y ha tenido una leve mejora en el 2016, al llegar a un 14,3 por ciento. Es una lenta agonía que está haciendo que los médicos de Primaria estén al borde de su resistencia, como viene denunciando el Foro de Médicos de Atención Primaria un año tras otro.

Estos grandes recortes, más importantes en Atención Primaria, suponen que las plantillas de facultativos en Primaria son totalmente insuficientes. Más del 40 por ciento de los médicos de Familia tienen cupos que superan las 1.500 tarjetas asignadas. Entre los años 2011 y 2016 se han reducido las plantillas de médicos en 235 plazas, mientras que paradójicamente se ha incrementado las de Enfermería en 55 plazas, y conviene recordar ahora que la actividad media diaria en 2016 era de 29,21 para médicos de Familia y 18,19 para Enfermería, aunque es cierto que Enfermería realiza tres visitas domiciliarias por cada una que realiza el médico de Familia.

Las sustituciones para los médicos prácticamente han desaparecido en la mayoría de los centros de salud, con lo que las cargas de trabajo se han incrementado de forma escandalosa y ya resultan insoportables en demasiadas ocasiones y en demasiados centros (agendas de más de 50 o 60 pacientes al día son demasiado frecuentes). En el centro donde, al jubilarse un médico, no se cubre la plaza se produce un nuevo incremento de pacientes en cupos ya saturados.

En definitiva, muchos médicos de Atención Primaria están al límite de sus fuerzas y ya llevan demasiado tiempo estándolo. Pronto la desmotivación y desesperación hará que no puedan seguir haciendo mucho más de lo que es su obligación y sin duda el Sistema Nacional de Salud (SNS) no está preparado para que miles de médicos sobrepasen el límite de su resistencia y disminuya el gran poder resolutivo de Atención Primaria. En Primaria se resuelven aproximadamente el 90 por ciento de las demandas: leves descensos porcentuales del poder resolutivo pueden hacer que el SNS no sea sostenible.


Señora ministra: en tiempos de crisis, la mejor solución es más y mejor Atención Primaria


Mayores recortes en presupuesto no siempre significan mayor eficiencia, puesto que, si los recortes llegan a afectar la eficacia y la calidad asistencial, no hay un SNS eficiente, lo que tendremos es solo un SNS barato que no consigue dar respuesta adecuada a las demandas de los ciudadanos.

Además, el SNS se enfrenta a un crecimiento importante del envejecimiento de la población que está causando un incremento de las enfermedades crónicas. Si desde Atención Primaria no se puede dar respuesta a estos incrementos de demanda asistencial, el SNS no podrá ser financiado, no será sostenible y las listas de espera crecerán exponencialmente. El incremento de la cronicidad y las demandas sociales que acarrea solo puede financiarse desde la eficiencia demostrada en Atención Primaria, pero sin duda necesita presupuestos realistas y suficientes.

Los ciudadanos premian a los médicos españoles con una valoración extraordinaria año tras año –es la profesión mejor valorada–, esta valoración sin duda se debe al tremendo esfuerzo que realizan día a día para mantener en lo posible la calidad de la asistencia sanitaria en el SNS, pero este esfuerzo extraordinario que están realizando no se puede mantener de forma indefinida.

Señora ministra: en tiempos de crisis, la mejor solución es más y mejor Atención Primaria, y es imprescindible un presupuesto suficiente y equitativo