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27 abr. 2014 20:11H
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Se acerca cogida de la mano de la primavera un día grande para los defensores de la prevención, el 28 de abril, onomástica de la Salud y la Seguridad en el Trabajo, cobijando denuncias, quejas, deseos y solicitudes de mejoras que necesitamos disfrutar y también un día para recordar a las víctimas de los accidentes y enfermedades producidas por el trabajo.

Este año, el lema es la desregulación legislativa condena la seguridad y la salud de los trabajadores y la economía de nuestro país y se ha elegido porque la crisis está mermando de intensidad metas concretas, precisas y evaluables de los programas de acción previamente definidos por la Comisión Europea, que nos retrasará en la evolución de la siniestralidad a más de un década y se van a quedar en el tintero la revisión de la Directiva de Cancerígenos y la aprobación de la de Trastornos Musculoesqueléticos o no trasladar a texto articulado acuerdos sectoriales firmados.

En el sector de la sanidad duele especialmente los efectos inasumibles que trae el anteproyecto de la reforma de la Ley de Mutuas sobre la pérdida de los derechos respecto a la salud de los trabajadores del sector privado y del control de altas de la enfermedad común del sistema público, unido a la sobrecarga asistencial y de burocracia que van a tener que soportar los facultativos de la Atención Primaria.

Esta propuesta del Gobierno estatal de diciembre de 2013 quiere ampliar el poder de las mutuas a la hora de solicitar el alta médica de la persona trabajadora a las unidades de la Inspección médica, en detrimento de las facultades del médico del sistema público que conoce y atiende la dolencia de su paciente. Como novedad, la propuesta del Gobierno recoge que, si en el plazo de 5 días no se responde motivadamente por parte del médico de familia a la solicitud de la mutua, se produce al alta de la persona “de manera inmediata”, vulnerándose el principio de seguridad jurídica y de competencias, ya que el responsable final del alta es el médico del sistema público que no puede responder, por falta de tiempo, a los requerimientos de la mutua.

Un nuevo y doble atropello al paciente, al que no le dejan que se recupere, y a una categoría profesional, la médica, castigada incesantemente por esta Administración, con recortes del 10% de complementos de atención continuada, acortamientos de días de libre disposición, aumento de jornada, eventuales contratados al 75%, vulneración de una atención sanitaria adecuada al paciente y de reconocimiento de sus prestaciones funcionales, aumentándoles la sobrecarga asistencial y el estrés laboral al tener que contestar a las pretensiones de la mutua en un corto periodo de tiempo, etc.

Por ello, este 28 de abril es un llamamiento a la asistencia de movilizaciones y de actos de repulsa a los trabajadores y a las trabajadoras, a la ciudadanía, para no resignarse a estas reglas de juego, demostrando que haciendo trampas no se juega. Porque no es ético el descenso de las inversiones en la prevención y estrategias de escaparate descriptivas y desiderativas que profundizan en las desigualdades, aumentando las consultas de salud mental en un 30% al no poder mantener ni generar un empleo digno y de calidad y cuando irremediablemente enfermas al soportar y padecer las consecuencias de una situación que no has generado.

¡No lo consientas, únete a las protestas de tu provincia el 28 de abril y el 1 de mayo!


Rosa Mª Martín Cruzado, responsable de Salud Laboral de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Andalucía (FSS-CCOO Andalucía)

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