Sala de espera
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19 feb. 2017 15:10H
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La labor del dentista con el paciente no se tiene que dar solo en la consulta. Voluntarios del Colegio de Odontólogos de Madrid (COEM) se desplazan a la periferia de Madrid -y más concretamente al sur- tres días en semana para prestar asistencia a niños de la Cañada Real.

Así lo refleja el diario El Mundo en uno de sus últimos reportajes, donde acompaña durante un día entero a estos sanitarios para conocer de primera mano cómo es su día a día en una de los poblados chabolistas más conocidas de España. La 'sala' de los dentistas, por ejemplo, se improvisa en una de las salas que la parroquia de Santo Domingo de la Calzada les cede. "La consulta cuenta con los permisos sanitarios necesarios, tiene agua corriente y el mobiliario y aparatos provienen de donaciones", explica Mercedes Méndez, odontóloga voluntaria del COEM, que junto a otras compañeras y el párrogo Agustín Rodríguez, atienden a estos singulares pacientes. 

"Desde que el gabinete fue puesto en funcionamiento habremos pasado consulta a alrededor de 350 niños", explica añade la sanitaria. "La saturación de pacientes de la ambulancia que recorre la Cañada Real y la impotencia de los sanitarios por no poder tratar los problemas bucodentales hizo patente la necesidad de cubrir esta parte de la salud".

Por eso, la labor de estas profesionales se hace necesaria. Aquí, no solo hacen moldes con las dentaduras de los menores, sino que, y lo más importante, les enseñan cómo cepillarse

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