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20 may. 2020 11:20H
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En diciembre de 2019 se reportaron los primeros casos de enfermos con un tipo de neumonía desconocida en la ciudad china de Wuhan. En enero de 2020 se conoció el primer paciente infectado en España. El 11 de marzo, ante los alarmantes niveles de propagación y gravedad de la enfermedad, la OMS declaró pandemia al Covid-19. A 17 de mayo de 2020, más de 312.000 las personas han muerto en el mundo con este virus. 

Se ha escrito mucho sobre los esfuerzos realizados por el sector sanitario durante estos meses de lucha contra el Covid-19: incremento del número de camas, contratación de profesionales, esfuerzos titánicos para dotar de respiradores a los pacientes y de EPI a los profesionales en un contexto de desabastecimiento mundial; búsqueda de un tratamiento efectivo para salvar a los pacientes más graves cuando casi no se conocía la enfermedad; iniciativas para acompañar a pacientes hospitalizados aislados y asustados. La sociedad ha aplaudido diariamente a profesionales sanitarios entregados, expuestos y exhaustos, que han dado lo mejor de sí mismos a nivel profesional y personal. En resumen, se ha narrado, aplaudido y reconocido la respuesta del sector sanitario a la pandemia y me uno a este merecidísimo reconocimiento

Pero en Vithas la lucha contra el Covid-19 comenzó antes de diciembre de 2019. Igual que no llovía cuando Noé empezó a construir el arca, Vithas comenzó a prepararse para responder a una posible pandemia antes del fatídico brote del Covid-19. Es difícil identificar el día cero del proceso de preparación, pero sin duda va ligado a la decisión estratégica de adoptar como modelo la Joint Commission International (JCI), el sistema de acreditación sanitaria más prestigioso del mundo por su alta exigencia para garantizar la calidad asistencial, la seguridad del paciente y la prevención de infecciones. ¿Cuándo construimos nuestra arca Vithas para proteger a pacientes y profesionales del diluvio de la pandemia? 
  • En julio de 2017 la Joint Commission International publicó la sexta edición del manual de estándares para hospitales, que incluía como nuevo requisito “El hospital debe desarrollar, implantar y evaluar un plan de actuación ante pandemias”.

  • El equipo de infecciones del Hospital Vithas Xanit Internacional elaboró este plan: responsabilidades organizativas, zonas de aislamiento, condiciones para el traslado del paciente, atención segura al paciente, limpieza, gestión de residuos, cartelería, materiales para la formación en el uso de equipos de protección individual, censo de contactos…

  • En septiembre de 2018 el equipo de Xanit compartió su material, experiencia y lecciones aprendidas en los Comités Médico, de Enfermería y de Calidad de Vithas y comenzó la adaptación del plan a la estructura de todos los hospitales del grupo. 

  • En diciembre de 2018 se aprobó el primer plan de actuación ante enfermedades infecciosas de alto riesgo del grupo Vithas. El Covid-19 todavía no había nacido, pero la estrategia para luchar contra él ya había empezado a prepararse.


"La planificación ante cualquier emergencia permite avanzar más rápido, controlar el estrés de los profesionales mediante el entrenamiento y, en última instancia, ayuda a prevenir errores"


Winston Churchill dijo que los planes tienen poca importancia, pero la planificación es esencial. La planificación ante cualquier emergencia permite avanzar más rápido, controlar el estrés de los profesionales mediante el entrenamiento y, en última instancia, ayuda a prevenir errores. Si el plan de actuación ante pandemias fuese sólo un documento, su utilidad sería limitada. Por eso la JCI exige que, tras la elaboración del plan, se realice formación al personal implicado y, como mínimo anualmente, se compruebe la capacidad real de respuesta de la organización mediante simulacros. En estos simulacros, que deben quedar convenientemente documentados, se identifican los aspectos del plan que no funcionan correctamente y las responsabilidades que no están claras, con el objetivo de reforzarlos.

El plan de actuación ante pandemias no podría funcionar como un elemento aislado sino como parte de un programa global de prevención y control de infecciones compuesto por protocolos, actividades formativas y auditorías de temas como higiene de manos, medidas de aislamiento, utilización de equipos de protección individual, adecuada gestión de residuos… etc. que se llevan a cabo de forma continuada para consolidar las competencias de los profesionales.

Decir que estábamos totalmente preparados para el Covid-19 sería una osadía, dudo que alguna organización haya estado preparada para algo tan tremendo. Pero haber implantado un sistema de acreditación basado en la prevención de riesgos sin duda nos ha ayudado a responder de forma más rápida y eficiente. Hoy, las empresas se centran en demostrar que son “Covid free”, destacando así su buena reacción ante esta pandemia. Creo que este abordaje se queda corto, porque este año nuestro enemigo se llama Covid-19, pero el año que viene el virus puede tener otro nombre. Puede, incluso, que el enemigo no se presente en forma de virus sino en forma de incendio, catástrofe natural, ciberataque, terrorismo… Por eso en Vithas queremos ser hospitales seguros y, alineados con los requisitos de la JCI, entendemos que ser un hospital seguro supone identificar todas estas posibles emergencias y garantizar una respuesta efectiva a todas ellas mediante planificación, formación y evaluación con simulacros antes de que ocurran, pues las competencias no se improvisan.

Hay un aplauso pendiente que no va dirigido al esfuerzo realizado después del brote del coronavirus, sino a lo que se hizo antes: a gerentes que apostaron por invertir en construir un arca cuando hacía sol; a directores médicos y de enfermería que apartaron lo urgente para centrarse en lo importante y entrenaron a sus equipos para que supiesen reaccionar ante situaciones que podrían no presentarse jamás; a equipos de control de infección y de calidad, que ayudaron con protocolos, charlas, campañas, juegos, concursos, auditorías, etc. a que el personal consolidase sus conocimientos para manejar el arca. Hay un aplauso pendiente para Mercedes, Ignacio, José Manuel, Carmen, Emilio, Juanma, Alicia, Silvia, Estíbaliz, Jose, Chelo, María Luisa, Patricia…y tantos otros es imposible nombrarlos uno a uno. Vaya desde aquí mi sincero y cariñoso aplauso a todos ellos.