La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Groucho Marx. Esta frase es un buen resumen de la situación actual; una situación que los políticos no han sabido solucionar, incluso me atrevería a decir, que la han propiciado con sus actuaciones irracionales.

Vivimos una crisis sin precedentes. Una crisis sanitaria que ha dado origen o una gran depresión económica y social, sin olvidar lo más importante, la mayor crisis sanitaria de los últimos 100 años. Decenas de miles de fallecidos, cientos de miles de infectados, una pandemia que ya está alcanzando tintes de cronificación, que no vemos su final en el horizonte.

Han pasado ya muchos meses y hay que mirar atrás para valorar lo que ha sucedido en este tiempo. Todo comenzó con una infección nueva, desconocida, originada en un país que nos era muy lejano. Nuestro 'gurú' de la pandemia, el Dr. Simón, pronosticó que afectaría a 1 o 2 y no sería un problema en España. Supongo que estaría asesorado por ese comité de expertos del Ministerio de Sanidad, un comité del que se hablaba para justificar cualquier decisión, un comité que se demostró ser un fantasma. ¿Quién lo ideó y nos hizo creer en su existencia? Está claro: los políticos nefastos que bajo este paraguas tomaban decisiones propias, lavándose las manos y 'asesorados' por un falso comité.

Desde el inicio de la pandemia, parece que todo lo más significado ha sido la batalla política. Lanzarse muertos a la cara, la inacción de unos y las acciones sin respaldo científico de otros. A nadie le puede extrañar que un grupo de científicos reconocidos solicitaran una evaluación externa de la situación, decisiones tomadas, responsabilidades, etc. Algo que nunca veremos y que por otro lado los políticos han entendido como una 'comisión de investigación' realizada por los propios políticos. Es una comisión similar al clásico parecer que hago para no hacer nada.

Todo ha ido en aumento, hasta llegar al esperpento. Gobierno de Madrid y Gobierno de España enfrascados en una pelea sin cuartel, dando un ejemplo deplorable a los ciudadanos. Una pelea de patio de colegio, una pelea de niños, mientras los madrileños sufren infección y muerte, los profesionales sufrimiento y hastío, la sanidad un nuevo colapso del sistema.

Pero lo importante no es ver quien gana esta batalla política, no es ver que rédito saca cada partido de todo esto; lo importante es doblegar la pandemia, vencer a la enfermedad. Para ello es necesario tomar decisiones duras, decisiones complicadas, apostar por luchar contra el enemigo, la Covid 19, no contra los políticos contrarios.

Un confinamiento corto para 'reiniciar' el sistema sanitario


Sé que hay dos mundos contrapuestos. Que una lucha enérgica contra la infección supone dejar temporalmente de lado el grave deterioro económico y social que estamos sufriendo. También sé que es imposible nadar y guardar la ropa. Que se tiene que decidir entre erradicar la infección o convivir con ella y sus consecuencias. Una convivencia que, mientras no colapse el sistema, es posible, pero pagando un elevado precio en infectados y fallecidos. A mí, como sanitario, esta forma de enfrentar la Covid 19 no me convence nada. Creo que es posible hacer un esfuerzo social duro y de corta duración; un confinamiento corto, de 10-14 días, tratar de parar la trasmisión comunitaria, 'reiniciar' el sistema y hacer lo que no se hizo. Volver atrás, reforzar la Atención Primaria de verdad, incentivando sin pudor a los facultativos para que vuelvan a Madrid, contratar los que sean necesarios, sin miedo al gasto, siempre menor que lo que cuesta no hacer nada; contratar rastreadores en número suficiente y desde el minuto cero, invertir en parar la trasmisión comunitaria.

Esta sería una forma de enfrentar la pandemia, al menos sería la que yo defendería. Pero no soy nadie, un simple sanitario, no soy político, no soy gestor del gasto. Por eso sé que nadie escuchará esto y que todo seguirá igual. Peleas entre niños, o lo que es lo mismo, entre políticos. Falta de una estrategia bien diseñada, con expertos que la avalen, apoyada sin fisuras por todos los partidos políticos, en la que todos ganemos. Pero esto es soñar, por desgracia es imposible en este país.

Me gustaría equivocarme y ver que se encierran los políticos cuanto tiempo sea necesario y lleguan a un acuerdo de consenso, avalado por los expertos, y cambiar la frase del gran Groucho Marx por esta otra: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico exacto y aplicar después los remedios necesarios”. La misma frase con el cambio de solo dos palabras y una gran diferencia: pasar de ser políticos estorbo a políticos útiles.