La Profesión Enfermera ha sido capaz de adaptarse al progresivo envejecimiento de la sociedad, al aumento de la cronicidad, la pluripatología y la dependencia, así como a la variación de los factores socioeconómicos, dando cobertura a las necesidades de Cuidados de la población, y aportando soluciones tanto en el ámbito asistencial y de gestión, donde la planificación y la priorización de los cuidados cobra todo el sentido. Teniendo presente, además, en todo momento, los objetivos principales de la profesión como son la promoción, la prevención y la educación para la salud, competencias -todas ellas- enfermeras.

Llegar a este momento ha sido posible, entre otras cosas, porque Enfermería se ha ido adecuando a las demandas sociales de Cuidados y al hecho de ser una profesión sanitaria titulada, regulada y colegiada, de conformidad con el artículo 36 de la Constitución, a la que se accede tras haber obtenido el Grado de Enfermería.

Hay que recordar también que nuestra formación está basada en la adquisición de competencias, lo que hace que las enfermeras seamos profesionales con un amplio bagaje, tanto en conocimientos teóricos como prácticos esenciales para prevenir, educar y atender a la sociedad durante todas las etapas del ciclo vital. Todo ello es importante porque nos hace reflexionar sobre la formación, los ámbitos de trabajo y las competencias enfermeras.

Reflexionar sobre la formación de las enfermeras en el siglo XXI parece absurdo, pero lamentablemente hay que hacerlo, ya que tanto en discursos como en noticias se minusvalora nuestra capacidad y formación. Por ello hay que recordar que Enfermería es una disciplina universitaria que, tras cuatro años de estudios, permite el acceso a Máster, a optar al título de Enfermero Especialista (actualmente existen 6 especialidades vía Interno Residente) y al Doctorado.
Además, la formación continuada, proceso de enseñanza y aprendizaje activo y permanente que se inicia al finalizar los estudios de pregrado o de especialización, es una herramienta clave para nuestra profesión y que nos permite ahondar en los conocimientos específicos de las áreas científica, técnica, ética, legal, social y económica del sistema sanitario.

Precisamente, esta formación es la que nos permite ejercer en los diferentes ámbitos donde nuestras funciones docente, asistencial, investigadora y de gestión están presentes, como son los centros sanitarios y sociosanitarios, centros educativos, servicios de urgencias y emergencias, Fuerzas Armadas y Guardia Civil, servicios de prevención y vigilancia de la salud, atención domiciliaria, etc.

Este amplio conocimiento científico y práctico nos permite desarrollar con éxito competencias profesionales propias, algunas tan importantes como diagnosticar de forma independiente los cuidados de enfermería necesarios, utilizando conocimientos teóricos y clínicos; la competencia para, de forma autónoma, adoptar decisiones inmediatas para mantener la vida y aplicar medidas en situaciones de crisis o catástrofes y la competencia para colaborar de forma eficaz con otros actores del sector sanitario en el marco de equipos multidisciplinares cuando es necesario. Bien demostrado es el trabajo en equipo que las enfermeras desarrollan de manera magistral.

Discurso bien distinto es el que, por desgracia, despiste, ignorancia o intereses se utiliza en numerosas ocasiones donde parece que las enfermeras, sin otros profesionales, no somos capaces de realizar nuestra labor profesional.

Como profesión autónoma tenemos un propósito, Cuidar.

Este es el mensaje que queremos trasladar a la clase política, medios de comunicación y a la sociedad en general: Enfermería es sinónimo de confianza y de garantía en la preservación y promoción de la salud a través de la asistencia y la educación a toda la población.

Por eso, desde el Colegio Oficial de Enfermería de Madrid queremos mostrar la imagen real de la Profesión Enfermera, visibilizándola a través de una mayor presencia en medios de comunicación y redes sociales, con el objetivo de que los ciudadanos nos sientan aún más cerca y, sobre todo, reconozcan la aportación de la enfermera a su salud.

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