Ilmo. Sr. y querido amigo Luis:

Vayan por delante mis más sinceras condolencias por el fallecimiento de los farmacéuticos que han dado su vida por el bien de todos los españoles, y en vuestro caso por todos los madrileños, estando siempre en la primera línea de atención, y en la mayoría de las ocasiones sin contar con los obligados equipos de protección individual.

Sabes que siempre he estado a vuestro lado y nunca podré agradecerte lo suficiente por tu gentileza y ayuda con todos los madrileños, cuando recién llegado a mi puesto de Consejero de Sanidad y ante el grave riesgo de aquella ola de calor, la mas grande de los últimos 17 años y que tantas vidas de nuestros mayores se cobró, contestaste de inmediato a mi llamada de socorro.

Desde esa misma noche, pusiste a disposición de la sanidad pública madrileña las 2.865 oficinas de farmacia y a los más de 7.000 farmacéuticos, que nos ayudaron con vuestros consejos, dípticos, carteles y atención farmacéutica de excelencia, gracias al Convenio que firmamos y en el que se especifica claramente que todo, absolutamente todo, lo hicisteis, como ahora lo estáis haciendo, sin ningún ánimo de lucro.


"Es difícil cuantificar el número de vidas que a buen seguro habéis salvado y seguiréis salvando con vuestra actuación profesional, llena de humanización en todos los sentidos"


Un hecho que se mantuvo en otras tantas ocasiones mientras ocupé el cargo de Consejero, y que has demostrado que seguís haciendo y de una forma especial ahora ante esta triste crisis sanitaria de la Pandemia de Coronavirus.

Es difícil cuantificar el número de vidas que a buen seguro habéis salvado y seguiréis salvando con vuestra actuación profesional, llena de humanización en todos los sentidos, pero ten la seguridad de que nadie olvidará nunca vuestra entrega, dedicación y vocación, anteponiendo nuestras vidas a la vuestra y la de vuestras familias.

Por otra parte, estoy convencido de que los españoles nos merecemos una verdadera reestructuración de la sanidad pública, en la que además de integrar a las Residencias Geriátricas en las Consejerías de Sanidad, podamos contar con todos vosotros dentro de la necesaria “farmacia comunitaria”, algo que también ahora se ha demostrado que es indispensable, aunque haya tenido que ser como consecuencia del excesivo numero de fallecimientos, muchos de ellos evitables, que se esta cobrando este “virus de la crueldad”.

Recibe en mi nombre, pero seguro que en el de todos los madrileños, mi más sincero agradecimiento por vuestro excelente trabajo y mi deseo de que las autoridades sanitarias cuenten con vosotros, porque los farmacéuticos habéis demostrado una vez más, que sois imprescindibles en la nueva sanidad pública que todos los españoles necesitamos.

Un fuerte abrazo Presidente, querido amigo Luis.