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28 oct. 2014 12:55H
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Mucho va a dar que hablar el asunto de  la infección por virus ébola de la auxiliar de enfermería Teresa Romero.

Los primeros días de la gestión de este suceso desde que se conoció oficialmente la infección, acumularon multitud de acusaciones y opiniones sobre supuestos errores en el ámbito asistencial que han puesto en evidencia las supuestas insuficiencias de la estrategia de actuación de las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid, y también la insuficiente capacidad de liderazgo de la ministra Ana Mato.

Parece inevitable la judicialización del caso y no es descartable que en el futuro puedan conocerse responsabilidades penales.

El tiempo lo dirá.

Lo que es evidente es que es imposible conseguir tapar los supuestos errores sobre la base del éxito asistencial en el tratamiento de Teresa Romero.

Que nuestros profesionales sanitarios, (médicos, enfermeras, auxiliares, personal de apoyo, etcétera) hayan sido capaces de atender con éxito a Teresa es mérito de ellos. Y no tiene nada que ver con la gestión de la crisis de salud pública.

Se hace imprescindible investigar y conocer públicamente todo lo acontecido

He presentado una batería de preguntas para aclarar el proceso seguido en la atención a Teresa antes de su diagnóstico.

Las preguntas son:

¿Ha atendido Teresa Romero a los dos enfermos afectados por ébola que fueron repatriados?

¿Cuales han sido los turnos de trabajo que ha desarrollado Teresa Romero en ese proceso de atención? Especificar descansos.

¿Constan llamadas o peticiones de asistencia de Teresa Romero al servicio madrileño de salud, sea al 112, al Hospital Carlos III o a cualquier otro servicio, para recibir atención por síntomas que pudieran hacer pensar en una infección por ébola?

¿Cuantos días ha estado Teresa Romero sin atención sin aplicarle el protocolo por virus ébola a pesar de haber solicitado asistencia?

Espero que las respuestas contribuyan a arrojar luz.

La necesitamos para mejorar y para pedir las responsabilidades a que hubiere lugar.

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