Decía Justiniano que “La justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho”. Y es nuestro derecho y de justicia, que todos los profesionales de la sanidad vean reconocida su carrera profesional.

Estamos inmersos en plena batalla por la recuperación de lo que es un derecho reconocido en diferentes Leyes: la carrera profesional, todo con mayúsculas, pues así sentimos que es este derecho. Un reconocimiento que llegó tarde, en muchos casos mal, que apenas se puso en marcha fue paralizado y en la mayor parte de las Comunidades no se llegó a implementar en su totalidad.

Había una excusa común en todos los casos, la manida crisis. Una crisis que ha servido para aplicar los mayores recortes salariales y de derechos que, al menos yo, he conocido. Y eso que viví aquellos años “post 82” en los que también hubo mucha penuria. Pero las excepciones, “el estado de excepción” como muy acertadamente ha definido un histórico de la Sanidad Pública como es José Manuel Freire, diputado y portavoz de Sanidad por el PSOE en la Asamblea de Madrid, tienen que finalizar. La excepción está pasando a ser norma.

La Unión Europea ha decretado el fin de la crisis. Se terminó la excusa para mantener este permanente estado de excepción. Hay que volver a la norma. Hay que volver a recuperar lo que la Ley dice, y hacerlo con tanta rapidez como la que se dieron para aplicar los recortes. No vale ahora recuperar derechos en plazos ilimitados. Hay que poner fin y hacerlo con un calendario definido y acordado.

Se acercan las elecciones, los políticos entran en esa etapa de ofrecer y prometer, y lo hacen con reglas que ya conocemos. Uno dice “envido”, el otro dice “envido más”; Unos prometen 10, los otros “yo dos más”. Pura ficción, puro estilo político carente de sentido y que solo busca ese puñado de votos que fluctúan entre elecciones; esos votos que no son fieles a un partido y que cambian cada cuatro años.

No me gustaría deber nada a nadie, pues lo que reclamamos es nuestro derecho. No quisiera colaborar en quitar o poner medallas. No me gustaría que recuperar lo que me deben sea por una lucha de poderes, sino que sea un claro reconocimiento público de todos nuestros representantes; que no jueguen con mis derechos para ganar unos votos. Y soy consciente, es más, jugamos con ello, de que el momento político nos brinda oportunidades que debemos aprovechar y sin duda aprovechamos.

Esta última semana se están moviendo voluntades. Un partido político que tiene claro su poder de modular y pactar el futuro de los presupuestos, ¿por qué no decirlo?, Ciudadanos, ha dado un paso adelante y lanza dos iniciativas, insuficientes y muy mejorables, una en Madrid y otra a nivel de toda España, que abren una ventana de oportunidades en relación con la carrera Profesional. Una enmienda a los presupuestos en Madrid, y una proposición no de ley en el Congreso, dejan iniciado un camino que, sin duda y en justicia, las demás formaciones políticas deberían apoyar. Si lo que importa es la medalla, hagan méritos, comiencen la subasta, ¿Quién da más? Da igual quién y cómo, lo importante es el resultado. Pero lo que es seguro es que quién a este carro no se suba, se equivocará. No vale ahora eso de que “si la propuesta es de estos, aunque sea la misma que la nuestra, votaré que no”. No jueguen con los profesionales. Hemos demostrado ser bastante más listos que la mayor parte de los políticos y, aunque lo crean, no nos engañan.

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