La Atención Primaria española tiene una gran calidad profesional. Somos ejemplo en cuanto a la organización del sistema de salud y referencia a nivel internacional, pero se debe de recapacitar en cuanto a nuestros fallos con el fin de mantener y reconstruir unos cimientos sanitarios fuertes en nuestro sistema sanitario.

Uno de los principales problemas al que nos enfrentamos es la falta de recambio generacional. Las condiciones existentes en la actualidad hacen que la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC) no sea atractiva para los futuros especialistas.

La Medicina de Familia es una de las especialidades más completas y agradecidas por parte de los pacientes, sin embargo, actualmente sufre una presión asistencial que provoca unas jornadas laborales muy intensas. Durante una mañana se puede atender una media de 60 pacientes diarios en algunos centros de salud, lo cual, se traduce en que el tiempo y recursos que puedes dedicar a cada enfermo sean limitados. Esta situación se suma al desprestigio que supone la contratación de médicos sin especialidad para cubrir puestos de médicos especialistas en MFyC.

Otro de los factores que influyen en la citada crisis es que la Medicina de Familia sigue siendo una especialidad desconocida dentro de las universidades. Si el estudiante no realiza prácticas en centros durante su etapa universitaria es difícil que muestre posteriormente interés.

Estas son losas que provocan que estas plazas se queden sin cubrir. La solución para ello pasaría por invertir en el primer nivel asistencial, dotar de recursos materiales y tiempo para la atención de los pacientes, asociado al cumplimiento legal de no contratar médicos sin especialidad en nuestras consultas.

Debemos fidelizar a nuestros profesionales de salud y, para ello, necesitamos mejorar nuestras condiciones laborales y acabar con las restricciones o limitaciones que se imponen en el primer nivel asistencial. Además, es vital desburocratizar nuestras consultas con el fin de optimizar el tiempo disponible en solucionar problemas médicos y no administrativos.

En este contexto, es importante mantener la longitudinalidad asistencial, facilitar la estabilización de los profesionales y reconocer la importancia del papel de los tutores, que de manera desinteresada realizan el papel de formación de médicos MIR.

Apostando por el primer nivel asistencial, todos ganamos. Cuanto mayor peso asistencial tenga el equipo médico-enfermera de Atención Primaria y mayor capacidad de resolución, menor sobrecarga recibirá el ámbito hospitalario y mayor agilidad existirá en dichas consultas cuando realmente sean necesarias. Esto, unido a nuestro papel en la prevención primaria de enfermedades es fundamental para disminuir el gasto sanitario y promocionar la salud de la población.

Dentro de las consultas de MFyC se realiza un abordaje holístico del paciente a lo largo de las diferentes etapas de su vida, tanto del enfermo como de su entorno. El médico de familia es el único que conoce las viviendas de sus pacientes y sus experiencias vitales, datos que influyen en la salud de nuestra población. Recordemos que el médico de familia es, y siempre ha sido, EL MÉDICO de los pacientes y, por ende, referentes y coordinadores de su salud. Además de abordar patología aguda urgente, tratamos al enfermo con patologías crónicas y con necesidad de abordaje paliativo, realizamos diferentes y múltiples procedimientos diagnósticos y terapéuticos como puede ser ecografías, infiltraciones o cirugías menores. Todo esto hace de la MFyC la especialidad más atractiva en mi opinión, pues no existe la monotonía en la consulta y la capacidad de progresión es infinita.

Debemos recordar que se trata de una especialidad con una alta demanda laboral, con múltiples opciones profesionales entre las cuales se incluyen hoy en día los cuidados paliativos, la asistencia en consultas de Medicina de Familia o las urgencias de Atención Primaria.

El reciente cambio en el Ministerio de Sanidad y sus nuevos responsables tienen una nueva oportunidad para abordar la delicada situación de la Atención Primaria. Debe ser una prioridad dentro de la crisis que sufre el sistema sanitario, pues una AP fuerte y consolidada es la base de un SNS exitoso. Deben tomarse medidas urgentes, empezando por finalizar con la contratación de médicos sin especialidad que pone en riesgo la formación de nuestros MIR y provocará nuevamente que un buen número de plazas de MFyC se queden sin cubrir en futuras convocatorias MIR. Si tomamos medidas urgentes, si apostamos por la Atención Primaria, todos ganamos.